Las redadas a inmigrantes, una “promesa” de Trump en campaña

El mandatario dijo que la mayoría de los “sin papeles” integran bandas criminales y trafican drogas

El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo ayer en Twitter que el aumento de las redadas para detener indocumentados responde a sus “promesas de campaña”, al tiempo que aseguró que la mayoría de los que serán deportados son “miembros de bandas y traficantes de droga”. “La campaña contra criminales ilegales es meramente en mantenimiento de mi promesa de campaña. Miembros de bandas, traficantes de droga y otros están siendo deportados”, aseguró el mandatario en la red social de Twitter.

Trump firmó el 25 de enero dos decretos migratorios que, además de exigir la construcción de un muro con México, pedían el aumento de agentes para acelerar las redadas en busca de indocumentados, poniendo el acento en personas con antecedentes criminales, pero también faltas menores sin sentencia condenatoria.

Eso supone un endurecimiento de las deportaciones con respecto a la anterior administración de Barack Obama, que daba prioridad a las expulsiones de personas con condenas criminales o delitos graves.

En los últimos días patrullas de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) han aumentado las redadas en busca de indocumentados, en las cuales, según testigos y organizaciones de inmigrantes, se han procesado para la deportación no sólo a personas con antecedentes. El miedo aumentó en las principales ciudades estadounidenses con importante presencia de inmigrantes y las protestas se extendieron por todo el país con intentos de bloquear el traslado de los detenidos.

Funcionarios de inmigración y policiales negaron que las redadas sean un intento coordinado de acelerar deportaciones y remarcaron que es mera “rutina”. Organizaciones en defensa de los inmigrantes informaron de más de un centenar de detenidos en diversas redadas sólo en el sur de California, una de las zonas con mayor presencia de inmigrantes latinoamericanos del país.

En este marco, Stephen Miller, un alto asesor político de la Casa Blanca, renovó ayer su apoyo al veto migratorio de Trump y elogió el aumento de las deportaciones. La Casa Blanca continúa sopesando sus opciones luego de sufrir una derrota judicial la semana pasada, cuando un juez suspendió temporalmente el decreto de Trump que buscaba cancelar el programa de refugiados de EE UU y prohibir el ingreso al país de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Irán, Siria, Irak, Somalia, Sudán, Yemen y Libia). Miller, uno de los arquitectos del decreto, insistió durante varias entrevistas en que el presidente tiene autoridad ejecutiva cuando se trata de prohibir el ingreso a extranjeros que considera que representan un riesgo para el país. Dijo que Trump hará “todo lo que sea necesario hacer, de acuerdo con la ley, para mantener a este país a salvo” y criticó a los jueces que se interpusieron en su camino. “Esta es una usurpación judicial del poder. Es una violación de los papeles propios de los jueces al litigar disputas, lo combatiremos”, disparó Miller en una entrevista con el programa “Fox News Sunday”.

En cuanto a los próximos pasos del gobierno federal, Miller dijo que “todas las opciones permanecen en la mesa”, entre ellas una apelación ante la Corte Suprema.

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