Para combatir la escasez, Maduro ahora controla panaderías

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CARACAS.- Durante 25 años, después de inmigrar sin un centavo desde su natal Portugal, Eduardo Dos Santos atendió personalmente a los clientes de la panadería Mansion’s Bakery en el centro de Caracas. Ahora, la panadería está bajo el control de un grupo comunitario oficialista que vigila la producción y venta, como parte del último intento del gobierno para reducir las largas filas de compradores que son un símbolo de los problemas económicos en Venezuela.

Luego de que el presidente Nicolás Maduro declarara lo que llamó una “guerra del pan” para combatir la escasez de un producto básico de la dieta de los venezolanos, miembros de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) irrumpieron en Mansion’s Bakery. A los encargados de la panadería los acusaron de acaparar la harina que les da el gobierno y que las autoridades exigen se use para elaborar pan y no productos más caros como pasteles. Dos Santos, de 52 años, dijo que al lugar llegó un grupo. “Y me sacaron, y me quitaron las llaves de mi negocio”, comentó el hombre.

Las autoridades indicaron que el lugar fue intervenido por 90 días y entregaron su manejo a uno de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, organizaciones vecinales comunales creadas por el gobierno para distribuir alimentos a precios subsidiados. Entre los nuevos ocupantes del lugar, rebautizado como Minka, hay algunos jóvenes con rastas y tatuajes en los brazos. Para adornar las paredes los nuevos inquilinos colocaron fotos de Maduro, del fallecido presidente Hugo Chávez y del Libertador Simón Bolívar. Sin embargo, en el lugar no hay pan. “Ahora no tenemos pan”, se quejó la jubilada Milagros Cabrera tras detenerse frente a la panadería ocupada. “El pan que vendían aquí era sabroso, pero lo subieron mucho. Con ponerle una multa era suficiente. No hacía falta quitarle la panadería al dueño. Eso no resuelve la escasez”, agregó.

Los esfuerzos del gobierno para garantizar la provisión de pan ante la escasez de harina no han dado resultado y siguen formándose largas filas de compradores frente a las panaderías. En algunas, los mostradores vacíos tienen letreros con la leyenda: “No hay harina, no hay pan”. Además de miembros de los comités, en algunas panaderías del centro de la ciudad también se observan militares y miembros de la milicia, una fuerza de civiles uniformados creada por el gobierno.

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