El “impuesto rosa” encarece los productos dirigidos a mujeres
| 9 de Marzo de 2017 | 18:32

Algunas marcas de productos de consumo masivo realizan una diferenciación genérica que obliga a la mujeres a pagar hasta un 20 por ciento más que los hombres por los mismos ítem, un sobreprecio que se conoce como “impuesto rosa”.
Las consultoras Focus Market y Scanntech realizaron un relevamiento a partir del cual determinaron que los rubros en los que más se observa una diferencia de precios son las industrias químicas y farmaceúticas relacionados con la estética, la higiene y el cuidado personal.
El llamado "impuesto rosa" se suma, desde el abordaje económico, a la brecha salarial que afecta a las mujeres respecto a los hombres y a la discriminación en el acceso a las mismas oportunidades de empleo y representación en los puestos decisorios de las empresas.
En la búsqueda para disminuir el impacto económico sobre el bolsillo de la mujer, diferentes ONG´s bajo el lema "Menstruacción8M" solicitaron la disminución del IVA sobre los productos de gestión menstrual (tampones y toallitas), y pidieron su provisión gratuita en escuelas, universidades, comedores, cárceles, espacios comunitarios y refugios para personas en situación de calle.
Las ONG´s aducen que estos productos son de necesidad básica femenina y su falta de acceso genera deserción escolar y ausentismo, infecciones y precarización económica.
El especialista en consumo Damián Di Pace, quien dirige Focus Market, explicó que el mercado "genera un precio discriminatorio en góndola a partir de que es la mujer la que tiene una alta participación en la decisión del gasto hogareño y en la definición de compra en el punto de venta”.
Ante esta realidad, las grandes compañías impusieron “una diferenciación en el packaging que genera una asociación simbólica respecto de marca y producto - vinculado a un color como el rosa asociado al consumo femenino- que es trasladada al precio en forma diferencial, pero que no tiene justificación en las características del artículo”, apuntó Di Pace.
El trabajo insiste en que más allá de los envases y el marketing, desde el punto de vista técnico el producto no tiene atributos funcionales de uso diferente de los ofrecidos al sexo masculino, y por lo tanto no convalida un sobrecosto.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE