Matan a golpes a un director técnico
Edición Impresa | 1 de Abril de 2017 | 02:10

El domingo pasado, la categoría cadetes del Club Unión y el Club Industrial disputaban un partido de futsal en la localidad bonaerense de fútbol. Todo era normal hasta que se desencadenó una situación violenta entre dos jugadores rivales, hubo un tumulto y el director técnico de Unión terminó con un golpe en la cabeza, tan terrible, que murió ayer a la mañana.
Se llamaba Fernando “Cucusa” Pereiras y tenía 37 años. Sergio Adrián Baldauf, acusado de haberlo golpeado, se declaró inocente al salir de la Sub DDI de Vicente López, luego de haber permanecido cuatro días prófugo y ser detenido en la localidad de Florida Oeste.
“Yo no lo golpee”, fue lo único que alcanzó a decir Baldauf, de 40 años, luego de que lo capturaron en una estación de servicio en la esquina de Constituyentes y San Martín, mientras su hermana Gabriela aseguró: “El no fue el responsable del golpe”.
El incidente mortal ocurrió a las 18.30 del domingo, cuando se pelearon dos jugadores y Pereiras salió a separarlos
De acuerdo con los testimonios recabados por la fiscalía de Vicente López, Baldauf saltó de la tribuna y le dio a Pereiras un golpe en el rostro, que lo derribó al piso. Una vez allí, le pegó una patada.
“Traumatismo encéfalo craneano grave” con “grave deterioro neurológico y respiratorio”, dijeron los médicos como causal de la muerte ocurrida ayer a la mañana, mientras que el fiscal Gastón Larramendi calificó el hecho como “homicidio simple agravado”.
Al salir su hermano de la Sub DDI, Gabriela destacó que “él no pegó, él no es el responsable, mi hermano entró a la cancha a separarlos, sólo se llegó a esto por habladurías”.
Según el relato de la mujer, todo comenzó con una pelea entre los jugadores a la que se sumaron los integrantes de los bancos de suplentes. Ella, a la vez, entró a la cancha cuando vio que alguien iba a agredir a su hijo, lo que, asegura la joven, finalmente ocurrió.
Siempre según la mujer, el egresor del chico fue precisamente la víctima Pereiras, que “lo golpeó desde atrás”. Ella asegura que se lo recriminó “en el momento” y que, pasados los incidentes, llo denunció ante la Justicia.
Sobre la responsabilidad de su hermano en la agresión a Pereiras, la mujer dijo no poder decir mucho porque no había visto la escena. Contó que cuando las cosas se calmaron, todos comenzaron a preguntar quién había golpeado a Pereiras y que entonces alguien apuntó que fue un hombre que usaba una remera negra. Su hermano tenía una remera de ese color, “pero no era el único”, se atajó Gabriela.
Esta es la versión a la que recurrirá la defensa, pero fuentes con acceso a la causa mencionaron que testigos identifican al acusado con nombre y apellido. Una espectadora grabó los incidentes con su teléfono celular, lo que podría resultar de mucha ayuda.
Sergio Adrián Baldauf es un vecino de Munro que vive en pareja y que tiene dos hijos de aproximadamente 7 y 17 años. No sólo su hermano salió a defenderlo.
La madre de Baldauf le dijo a un portal de noticias que no había querido “pegarle de más a nadie”. Sin embargo, el imputado tendría antecedentes de violencia.
“El señor (en referencia a Pereiras) le pegó a un menor. Mi hijo no le quiso pegar ni nada, solo reaccionó por su sobrino”, remató.
homenajes
Baldauf había ido el domingo pasado a ver jugar a su sobrino al Club Social y Deportivo Industrial de Munro y Pereiras, quien también era de Munro y amaba el futsal, era el entrenador del equipo de 16 años del Club Unión que ese domingo jugaba contra el Industrial. Apenas diez cuadras separan a uno y otro club.
“¡Trabá con todo! ... ¡meté como vos sabes!”, les gritaba desde un costado de la cancha Pereiras a sus jugadores .
El jueves era el día de entrenamiento de los mayores, y mientras Lucas Fernández, Luquitas, contaba en su Facebook cuanto extrañaba el aliento de su entrenador, Pereiras peleaba sus últimas horas en el Sanatorio de la Providencia.
“Hola enano ...hoy es ese día de la semana que esperábamos desde el lunes contando las horas ... para llegar al patio de casa, a estar disfrutando ... el día más lindo de la semana ... te dejo este abrazo de todos ... esta ronda maravillosa que tantas veces hicimos”, le dedicó Lucas junto con una foto del equipo en ronda, abrazados, antes de entrar a la cancha.
Casi en simultáneo, la esposa del técnico, Natalia Menéndez, “Tati”, publicaba una foto donde Pereiras aparece junto a sus dos hijos, Tomi y Facu. Cintas negras de luto, emoticones llorando y otros de enojo, mensajes y más mensajes, para él, para su familia, y el video con un rap que le grabó uno de sus jugadores. La redes sociales fueron la ventana por donde espiar algo de lo que Pereiras significaba para el barrio y para el club.
Pero las plegarias y las palabras de aliento no alcanzaron. Pereiras murió ayer a la mañana, víctima de una violencia que combatía con palabras (ver aparte).
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