La batalla que se libra en las escuelas de EE.UU

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En los Estados Unidos, a la comida chatarra le declarararon “la madre de todas las batallas”, al menos en las escuelas, y con la finalidad de frenar el crecimiento de la obesidad infantil.

Y fue el propio Departamento de Agricultura el que propuso una serie de medidas con amplios estándares para que los alimentos en las escuelas sean más saludables, prohibiendo la venta de casi todo tipo de dulces, comidas grasosas y bebidas deportivas con muchas calorías.

Gracias a estas medidas, las máquinas expendedoras que en las escuelas solían estar llenas de dulces y gaseosas, ahora solo ofrecen agua, bebidas bajas en calorías, gaseosas diet y papas horneadas.

En los comedores, en tanto, donde antes se vendían alimentos como barritas de queso y mozzarella, papas fritas, nachos y otros snacks del estilo, tuvieron que cambiar a recetas más saludables, vasos de fruta y yogurt.

Estas medidas ya habían sido establecidas por la ley de nutrición infantil que el Congreso aprobó en 2010, con la finalidad de combatir la obesidad de los niños.

El Departamento de Agricultura impuso con esa base, límites al contenido de grasas, calorías en exceso, azúcar y sodio en casi todos los alimentos que se vendan en las escuelas.

Estas normas son acompañadas con la regulación del contenido nutricional de los desayunos y almuerzos escolares que subsidia el gobierno federal.

Sin embargo, el problema contra el que aún se lucha, es que todavía muchos comedores escolares también tienen servicio “a la carta” en el que ofrecen otros alimentos con altos contenidos en grasas.

De todos modos, la mayoría de las escuelas lograron mejorar sus menús de alimentos y las opciones ofrecidas en las máquinas expendedoras, insistiendo además en las explicaciones docentes acerca de lo nocivo que resultan las comidas con exceso de grasas y altas en calorías.

 

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