Pintadas clásicas

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El nuevo clásico entre Estudiantes y Gimnasia está a la vuelta de la esquina. Y es bien sabida la pasión que los dos clubes más importantes de la Ciudad despiertan entre los hinchas.

La semana previa se vive con nerviosismo, en las calles decrece el movimiento a la hora del partido y el resultado puede significar alegría y pecho inflado para los días que siguen, o sumirse en la bronca y tristeza de haber caído ante el rival de toda la vida y al que siempre es lindo ganarle.

Es por eso que en el marco de este choque siempre tan emotivo para los platenses, hacemos un recorrido por las calles de Gonnet y City Bell en las que pinchas y triperos dejan plasmada su pasión con las pintadas.

ENTRE EL ARTE Y EL VANDALISMO

Los frentistas se agarran las cabezas cada vez que ven las paredes pintadas que arruinan sus casas. También patalean cuando de un día para el otro se encuentran con los postes de luz vestidos de colores partidarios a lo largo de varias cuadras.

O en muchos casos los cordones de las veredas, que afean el barrio. No por el rojo y el blanco en particular. Tampoco por el blanco y el azul. Sino porque rompen con la armonía visual que este sector de la Ciudad ofrece a sus vecinos y a quienes la visitan.

Para llevar adelante semejante trabajo hace falta organización. Pintar un mural no se hace de la noche a la mañana. Tampoco pincelar varias columnas de alumbrado. Son tareas de “inteligencia” que hacen los hinchas para “marcar territorio”.

¿Quién les pone freno? Absolutamente nadie. Andan con tachos de pintura y aerosoles por ahí para cometer estos actos de vandalismo en nombre del fútbol, sin importar lo mucho que les cuesta a los vecinos mantener en condiciones los frentes de las viviendas.

Pinchas y triperos. Triperos y pinchas. No importa la camiseta en este caso. Ambos por igual se las ingenian para ponerle color a los barrios sin preguntarles a los vecinos.

 

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