Retro y vintage

Una tendencia fácil de aplicar en los ambientes. El objeto clave marcará la diferencia

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Aunque usualmente se utilicen como sinónimos, retro y vintage no son lo mismo, aunque ambos le dan personalidad a cualquier ambiente y recuperan el encanto de una pieza especial.

A ver, lo vintage hace referencia a todos los muebles entre 1920 y la década del 70. Son piezas originales de muy buena calidad (éste es un requisito fundamental) que sobrevivieron al paso del tiempo, aunque tengan marcas, arañazos o golpes. Y es que esto mismo es lo que le va a dar más valor estético.

Generalmente son muebles únicos, por su calidad, material o realización.

Pero los muebles retro son distintos. Se trata de objetos nuevos que tienen un aire antiguo y se inspiran en el pasado.

Más allá de eso, es válida cualquiera de las dos opciones si lo que se quiere es generar una decoración o ambientación de aire antiguo.

Y es que se trata de una tendencia que engancha, porque las piezas poseen un ‘no sé qué’ irresistible, al que es difícil decir que no. Quién no ha mirado con cariño las viejas lámparas de aceite de las abuelas, los modulares grandes y hasta los platos de cerámica que se usaban para decorar las paredes.

Pero, aunque se puede llevar al máximo este estilo, no es bueno abusar. Como con todo en la vida.

Se trata de personalizar y no de trasladar el hogar al siglo pasado y convertirlo en un museo o en un espacio artificial. Lo ideal es que se incorporen pinceladas (desde una silla hasta una lámpara o un adorno) y que se las integre en la decoración, para que formen parte de él. Una buena opción es combinar piezas originales con nuevos diseños inspirados en esas décadas, así todo respirará autenticidad.

El estilo retro debe ser bonito, pero sin perder utilidad. El color es una de sus señas de identidad más definidas.

Ese juego puede encontrarse en los muebles, sobre un fondo blanco, o mezclar con tonos intensos en las paredes y optar por un mobiliario más sobrio.

La madera es el material estrella de esta tendencia, aunque no es raro verla mezclada con cuero o plástico.

Respecto a los estampados, este estilo tiene debilidad por los motivos florales y los geométricos.

Las curvas son su forma de expresión más habitual: patas torneadas, mesas curvas y apoya brazos ergonómicos.

Otra opción es el papel pintado, que permite crear una atmósfera ‘vintage’ sin apenas ningún otro elemento. Esta reinterpretación del pasado en la pared es una de las tendencias que más fuerte están pegando, logrando integrarse a la perfección en ambientes modernos o con mobiliario actual.

 

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