La historia

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La historia de Gorina cuenta que a principio de este siglo, Percival Bell, vendió parte de la “Estancia Grande”, que había heredado de Jorge Bell, dando origen a las distintas poblaciones de la región. En 1914 se loteó lo que en la actualidad en City Bell, y el 12 de diciembre de 1916 se vendió a Joaquín Gorina otra parte de las tierras, que luego se llamarían aras “La Lula”, en honor a su esposa, Luisa.

Cuando en 1923 se decidió la construcción de un ferrocarril provincial que uniera La Plata con Avellaneda, las tierras ya pertenecían a Joaquín Gorina, que las cedió a los responsables del nuevo emprendimiento, pero con la condición de que la obra llevara su nombre.

De este modo, el 2 de junio el poder Ejecutivo aceptó la donación de las 14 hectáreas y años más tarde allí comenzó a funcionar, en su emplazamiento actual, la estación Joaquín Gorina, en honor al antiguo propietario de las tierras.

Los primeros fraccionamientos fueron sucedidos por otros. En 1925, Joaquín Gorina vendió a Adolfo Mitre el que desde ese momento fue el haras “El Argentino”, y en 1936 vendió a Julián Socas las tierras que pasaron a ser el haras “La Lula”, donde años más tarde se asentó la población que actualmente rodea la vieja estación de trenes.

Por aquellos años, una inundación había afectado a la zona de Hudson y 35 familias italianas se dedicaban a la horticultura tomaron la decisión mudarse a esas parcelas.

Desde entonces, la horticultura es una de las actividades tradicionales que las familias han heredado de generación en generación.

 

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