A las vacaciones lleno de desaprobados

Fueron poco más de tres meses de competencia plena, desde aquel triunfo 3-1 ante Quilmes el 12 de marzo pasado en el Bosque cuando se reanudó el torneo, hasta la tarde del sábado en Florencio Varela donde Defensa y Justicia lo derrotó por 1-0. Cuando durante la pretemporada se planteaban objetivos, había varios por cumplir y todos muy interesantes. Pero hoy, finalizada la actividad para los mens sana, se puede decir que no se cumplió con ninguno y de esta manera el plantel se fue a las vacaciones con en deuda.

El primero era poder hacer un buen papel en la Copa Argentina, después de lo bueno realizado el año pasado donde llegó a semifinales y perdió con River, quien terminó siendo el campeón. Enla edición de este año, quedó eliminado semanas atrás en 32avos. de final (en el debut) ante Defensores de Belgrano de Villa Ramalo (equipo del Federal “A”) tras perder 1-0 en la cancha de Banfield. Una noche que no se olvidará fácilmente por que la gente explotó ante una caída totalmente inesperada frente a un rival de menor categoría que le ganó con muy buenas armas.

Después, aún en tiempos de Gustavo Alfaro, quedó eliminado en primera fase en la Copa Sudamericana frente al Ponte Preta de Brasil, un equipo que para nada era fuerte ni un “cuco”. Debía ganar en el Bosque, pero igualó 1-1 y pasó de ronda el conjunto brasileño prácticamente con nada.

En época de pretemporada a la hora de las declaraciones, desde Abasto se escuchaba que se buscaba mejorar lo realizado en las primeras 14 fechas, y tratar de poner al Club en otra competencia internacional. El objetivo claro en un momento era la Libertadores, pero tras un bajón futbolístico y de resultados ello se fue alejando y entonces pasó a ser la Sudamericana, pero al final tampoco fue posible. El último sábado llegó a Florencio Varela con una mínima ilusión el Lobo, pero era muy dificil porque debía hacerle tres goles a un equipo serio como el del Halcón. Y ese cupo entonces fue para el elenco de Beccacece. Merecido.

No es justo ni lógico tirar culpas a Leandro Martini y Mariano Messera, que se hicieron cargo de una situación y trataron de llevar el “barco” a la orilla. Ganaron tres (Colón, Talleres y San Martín) y perdieron tres (River, Banfield y Defensa y Justicia). No hicieron locuras, al contrario, sus cambios fueron lógicos y criteriosos. ¿Lo de Copa Argentina? Una manchita dolorosa de la que se deberán hacer cargo los jugadores por no responder en el campo de juego como debían. Muchos hablaron de “vergüenza deportiva”. Y realmente fue así.

Como si esto fuera poco, volvió a perder el clásico. Merecido o no, lo perdió y a otra cosa. Ni siquiera esa alegría tuvo el hincha. Demasiados golpes en cuestión de semanas, por eso Gimnasia pedía a gritos el final y terminar con esta etapa de una buena vez. Ahora llega la “era” de Mariano Soso, pero esa ya, será otra historia.