El colmo de la inseguridad: doble robo en un edificio de 2 y 54

Así como tuvieron que destrozar las puertas de los dos departamentos que desvalijaron, los ladrones que entraron a robar en un edificio de 53 entre 2 y 3 no necesitaron usar la fuerza para acceder desde la calle. ¿Usaron una llave o una tarjeta? Es una de las tantas cuestiones que faltan establecer.

El saqueo en ese par de pisos situados enfrente del ministerio de Seguridad sucedió el domingo y afectó a una mujer que estaba de viaje y a un fiscal penal de Quilmes, Claudio Pelayo, tal como lo adelantó este medio en exclusiva.

En el lapso comprendido entre las 12 y las 18 se dio el ingreso de los intrusos, mientras no había nadie en ninguno de los dos departamentos. Sin cámaras de seguridad que los detectaran, los delincuentes atacaron con precisión las puertas donde, aparentemente, sabían que no se encontrarían las víctimas.

El funcionario judicial se entrevistó con EL DIA y, según él informó, los ladrones destruyeron los accesos a los domicilios con una barreta. Teniendo el camino allanado, se movieron a su antojo.

“Dejaron mucho desorden, todo revuelto, ropa tirada y cajones abiertos. Una catástrofe”, afirmó el fiscal sobre lo que se encontró en su vivienda al regresar. Un paisaje parecido fue el que se vio en el otro departamento.

El objetivo de los ladrones fue llevarse elementos de valor y efectivo. A Pelayo le robaron dinero suyo y de su esposa, más relojes, una cámara de fotos y alhajas. No trascendió qué sustrajeron en la otra vivienda.

“un HECHO comun”

Una fuente del caso había planteado la duda acerca de si el robo al fiscal tuvo que ver con su trabajo. Sin embargo, el funcionario lo desmintió de plano: “Fue un hecho común, que no tiene nada que ver con lo que hago”, sostuvo.

Que hayan irrumpido en otro departamento, siempre con el interés puesto en buscar dinero y efectos de valor, parecería respaldar sus dichos.

Lo que ocurrió en ese edificio alteró los ánimos de toda la gente que vive ahí. Fundamentalmente, por el hecho de que hayan entrado sin necesidad de romper la puerta principal. Por ahora no se pudo dilucidar de qué manera lo consiguieron.

Mientras los investigadores trabajan en el caso, en ese complejo de departamentos se debaten las posibles maneras de reforzar la seguridad. No trascendieron las alternativas se manejan.

Además del doble saqueo en sí mismo, lo que también causó una sorpresa y preocupación profundas fue el hecho de que todo sucedió enfrente del ministerio de Seguridad. La salvedad que correspondería hacer -y que probablemente jugó en favor de los ladrones- es que todo pasó el domingo, día en el que la actividad merma drásticamente.

otros ataques a funcionarios

Este año estuvo signado por varios robos a funcionarios judiciales en la ciudad. El primero se vivió en enero, cuando María Scarpino, titular de una fiscalía de delitos culposos, fue asaltada en su vivienda de la calle 45 entre 19 y 20. Allí actuaron dos delincuentes armados, uno de los cuales la tomó de los pelos, la arrastró varios metros por el piso y la encerró en una habitación de la planta alta.

En febrero, dos delincuentes pudieron entrar a robar en la casa de Miriam Ermili, una jueza correccional platense, en 40 entre 14 y 15. Ella no estaba, pero sí su esposo, Omar Ozafrain, que es el Defensor General de La Plata, al que ataron con ropa.

Claudia Greco, titular del Juzgado Correccional Nº 4, también terminó maniatada en su casa de 531 entre 2 bis y 3 luego de un planificado asalto. Fue en mayo. Pocos días después, intentaron entrar en el domicilio de la fiscal de juicio Florencia Budiño, cerca de 10 y 34.