Muchos se convierten en remiseros para poder “elegir a los pasajeros”
Edición Impresa | 4 de Junio de 2017 | 03:35

¿Qué es lo que hace un taxista que, después de años de actividad, se retira por temor a un robo salvaje? Principalmente, se vuelca a otro ramo del transporte. En ese sentido, los remises ocupan el primer puesto.
“Van a manejar un remís porque es más tranquilo”, evaluó el gremialista Juan Carlos Berón. Otro que coincidió en este punto fue el empresario Ricardo Saavedra: “Muchísimos se volcaron hacia el tranporte ilegal”.
Estimaciones oficiales dan cuenta de que hay en la Región cinco mil coches no habilitados. Según Saavedra, el 70% de las personas que los conducen anteriormente eran taxistas.
La posibilidad de un viaje pautado, con una clientela fija y sin el factor azaroso de levantar a cualquier persona en la calle son, hoy por hoy, aspectos muy preciados por quienes tienen miedo a sufrir un asalto. De todas formas, el remís no es ninguna solución definitiva: “Ganan igual o un poco más, y entran a lugares donde un taxi no iría”, explicaron en una agencia de Villa Elvira. Claro que también hay otras alternativas. Adolfo, tras 20 años en un taxi, se retiró y hoy evalúa hacer changas junto con su mujer.
“Muchos se fueron al gremio de la construcción, porque es un trabajo más tranquilo y hasta ganan un poco más. No tienen el riesgo de que les roben, es plata segura”, reconoció Berón.
Los 300 pesos promedio que se sacan por día en un taxi tienen sabor a muy poco: “Otros agarran una bicicleta y una máquina de cortar el pasto. Van por su barrio y ofrecen hacer ese trabajo a la gente. Ganan 30 o 40 pesos por hora y no tienen gastos ni responsabilidades con el auto”, lanzó Saavedra.
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