Desafío crucial para el futuro

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Por Diego Cirulli

Los números del parque automotor y su explosivo crecimiento indican que urge en las grandes ciudades encontrar soluciones inteligentes en la que predomine una reconquista ciudadana del espacio urbano. Hace ya décadas influyentes teóricos del urbanismo como Jane Jacobs o Jan Gehl, alertaban sobre la necesidad de construir “ciudades pensadas para la gente y no para los coches”. Exponentes de esas corrientes urbanísticas sostienen que a medida que las ciudades se densifican los autos “se convierten en un estorbo” y ven en la combinación de “piernas, bicicleta y transporte público” una reinterpretación más equilibrada del diseño urbano. Lo cierto es que en La Plata los efectos del descomunal aumento del parque automotor se combinan con un marcado déficit de la infraestructura vial más básica: se circula por las mismas calles desde hace al menos tres décadas y los accesos resultan progresivamente menos ágiles. En pocos años la hora pico se ha extendido y al macrocentro se han sumado zonas que en otras épocas eran periféricas. La consecuencia obvia -pero no por ello menos perjudicial para la calidad de vida de los platenses- es que cada vez se pierde más tiempo para trasladarse dentro y fuera del casco urbano. Bajo estas condiciones, estacionar en el Centro -se sabe- se ha vuelto una misión imposible. Así, desafiada por problemas urbanísticos de muy compleja solución, la Ciudad, ya saturada, espera hace tiempo medidas de fondo que nunca llegan.

 

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