Un conflicto prolongado

Edición Impresa

El 4 de agosto de 2001, el Estadio Chateau Carreras (Córdoba) fue escenario del último recital en vivo de Los Redondos. A los pocos meses del parate anunciado por Poli y Skay, el guitarrista sacó su primer disco solista: “A través del mar de los Sargazos”, y desde ese entonces (y a pesar de las súplicas de los fanáticos) la banda nunca regresó y cada uno de los miembros realizó su carrera en solitario.

Ocho años más tarde, salieron a la luz los que serían los verdaderos motivos de la separación de Los Redonditos de Ricota: “Todo se terminó cuando nos dimos cuenta de que uno de nosotros se quería apropiar de ese proyecto tan hermoso que fue Patricio Rey, que había nacido como la comunión y el aporte de muchos artistas y no los deseos de uno solo”, explicó Skay en una entrevista concedida al diario La Nación, haciendo clara alusión al Indio.

Y la respuesta del aludido llegó rápidamente, en una carta que Solari envió a varias redacciones de medios gráficos. Algunos de los párrafos explicativos señalaban el verdadero motivo de la ruptura de la banda: el vocalista aseguró en su escrito que “los sucesos que me dispongo a detallar y que son, desgraciadamente, bastante más materiales que las “diferencias artísticas” que en entrevistas anteriores supo esgrimir como los motivos del fin del vínculo” el mencionado Skay.

El Indio reveló que “los soportes de grabación de todos los shows de los redondos quedaron en depósito en casa de Skay, aunque esto nunca me incomodó por que confiaba en una amistad de muchos años”, pero cuando Solari pidió copias aparecieron las excusas. “La noche definitiva me puse firme en mi requerimiento y ésa actitud desembocó (ante la negativa) en el rompimiento de la sociedad artística. Hasta el día de hoy Poli y Skay están sentados sobre ése material, cuya custodia artística he reclamado en silencio público hasta hoy”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE