Venezuela, fracturada

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Por ELIZABETH OSTOS (*)

CARACAS.- Varios analistas coinciden en que decisión de la Asamblea Nacional (AN) de designar a 33 magistrados ante el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, en abierto desafío al gobierno de Nicolás Maduro, aumenta el riesgo de una parálisis institucional absoluta como consecuencia de la aparición de una suerte de estado paralelo de dudosa eficacia.

En Venezuela se está forjando un estado paralelo “por primera vez en su historia”, en momentos en que el país “vive la realidad política del doble poder”, dice el analista y escritor Antonio Olivieri.

Cree que cada segmento de poder “tiene un Tribunal Supremo de Justicia y pronto dos Consejos Supremos Electorales”, al tiempo que advirte que hace falta “evitar que ese paralelismo sea presagio de una guerra civil, porque solo un lado tiene el apoyo de unas Fuerzas Amadas degradadas por la corrupción”.

La crisis venezolana tuvo una nueva escalada con las desginaciones de jueces realizadas por la AN después de la consulta popular organizada por la oposición el 16 de julio pasado para rechazar la elección de asambleístas constituyentes para la reforma de la Carta Magna que impulsa Maduro.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo rechazó a los recién nombrados por considerarlos “ilegítimos” y responsables de los delitos de usurpación de funciones y traición a la patria.

Además, un tribunal militar emitió órdenes de captura a los 33 funcionarios y el sábado fue apresado el magistrado Ángel Zerpa, quien permanece desde entonces recluido en la sede de la policía política. Ha trascendido que Zerpa inició el lunes una huelga de hambre, en momentos en que sus colegas pasaron a la clandestinidad.

La AN, controlada por la oposición reunida en el Movimiento de Unidad Democrática (MUD), “nombró a los magistrados cumpliendo el procedimiento que se establece en la carta magna venezolana y en modo alguno son usurpadores”, asegura Wladimir Carrasco, profesor de derecho constitucional de la Universidad Católica Andrés Bello.

“El país está transitando por una crisis de gobernabilidad por el enfrentamiento de los poderes públicos que puede agravarse en las próximas semanas si Maduro impone su convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC)”, apunta.

“Es imposible que los nuevos magistrados asuman sus cargos pues hay un gobierno y un Tribunal Supremo que ejercen el poder mediante la fuerza bruta. No obstante, esto no debe ser un obstáculo para que la AN cumpla con sus funciones pues el Parlamento es el centro de la democracia en cualquier lugar del mundo”, subraya el académico.

Además, calificó al estado venezolano como “fallido”, porque “los que detentan el poder no reconocen preceptos democráticos como la separación de los poderes, el respeto a los derechos humanos, a elecciones libres y a la constitución”.

El politólogo Luis Salamanca opinó a su vez que “hay un Tribunal Supremo que es eficaz pues impone decisiones y está el designado el viernes que no puede hacer nada pues carece de poder coercitivo”.

“El Estado venezolano está fracturado pues los poderes más importantes, el ejecutivo y el legislativo, y ahora el judicial, están enfrentados, y eso impide que haya una voluntad unitaria en la conducción de la nación, lo cual afecta a la ciudadanía”, enfatizó.

Salamanca consideró también que en caso de que se instale la Asamblea Nacional Constituyente propuesta por Maduro “se impondría otro tipo de Estado, posiblemente comunal, en donde se supriman las elecciones directas, universales y secretas”

“Varios candidatos a constituyentistas -apunta el analista- plantearon la posibilidad de que el presidente de la República quede blindado frente al control popular ejercido por el voto. Si eso pasa, el Estado se va a dividir aún más porque la sociedad venezolana se resiste a aceptar una imposición inconstitucional como la ANC”.

Salamanca no dudó en afirmar que las contradicciones en el oficialismo chavista pueden ser más visibles si avanza la ANC, “se van a multiplicar las fracturas y el Estado venezolano podría convertirse en fallido por impotencia al no funcionar bajo ninguna circunstancia”.

“Es posible que surjan otros funcionarios disidentes, como lo hizo la Fiscal Ortega Diaz e incluso sectores de las Fuerzas Armadas, que también están divididas. El conflicto también permeó al estamento militar”, agregó.

En tanto, parece cobrar fuerza la posibilidad de que Maduro retire su convocatoria a la elección de la Asamblea Constituyente, tal como se conjeturó luego de la reunión que el ex jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero mantuvo este lunes con líderes de la oposición.

Maduro “sabe que su propuesta (de reforma) tiene un amplio rechazo y que su gobierno puede enfrentar sanciones internacionales. Además, escalará el conflicto interno. Por mucho que quiera, Maduro no puede conseguir el poder absoluto de Venezuela”, dice Salamanca.

 

(*) Télam

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