La pluma valiente de Dickinson
Edición Impresa | 6 de Julio de 2017 | 04:51

El veterano cineasta británico Terence Davies regresa a la pantalla grande local con su nueva película, “Una serena pasión”, cinta sobre la poeta estadounidense Emily Dickinson.
El cineasta británico, responsable de grandes títulos del cine como “Voces distantes” (1988), “El largo día acaba” (1992) y, más recientemente, “The Deep Blue Sea” (2011), dirige la película protagonizada por Cynthia Nixon (una de las actrices de “Sexo en Nueva York”), y Jennifer Ehle (“La noche más oscura”).
“Una serena pasión” es la historia ficcionada de la vida de la poeta Emily Dickinson (1830-1886), desde sus años de colegiala hasta que se convierte en una solitaria y reconocida artista. La película, una coproducción de Gran Bretaña con Bélgica, se ha rodado en Amherst, Massachussets, en la casa original de la escritora.
“La razón por la que he rodado esta película no es otra que mi amor por la poesía de Dickinson”, afirma el realizador, que vuelve al siglo pasado para ilustrar su cine.
“Ten en cuenta que el pasado no es un país extranjero para mí. Lo tengo aún muy vivo. Y como tecnófobo que soy, te diré que no entiendo el mundo moderno; me temo que no sería capaz de representarlo con veracidad”, apunta el director.
Quizá, reconoce, sienta por ello una cierta debilidad por el final del siglo XIX, donde ambienta “Una serena pasión”, y los comienzos del XX, donde se sitúan sus obras más logradas: “El largo día acaba”, “La casa de la alegría” o la misma “Sunset Song”, un proyecto largamente acariciado por el septuagenario director que adapta la novela de Lewis Grassic Gibbon del mismo título.
Dickinson, que apenas publicó un puñado de poemas en vida, es considerada una de las grandes poetas americanas. Su coraje para seguir escribiendo sedujo al cineasta británico Terence Davies, que se asoma a su convulso mundo interior en la cinta.
“Me fascina su valor para continuar escribiendo, casi en total aislamiento”, dijo Davies, que conoció a la protagonista, Nixon, hace años a raíz de un proyecto que nunca salió adelante. Y el director aseguró que mientras escribía el guión veía la cara de Nixon e incluso ponía capítulos de “Sexo en la ciudad”, con el sonido apagado, para escrutar su rostro.
“Sus expresiones eran las más auténticas”, contó Davies. La película muestra a Dickinson como una adelantada a su tiempo, independiente y feminista, aunque al mismo tiempo muy ligada a su familia y a la casa de sus padres, en Amherst, Massachusetts.
“Tenía miedo del mundo, desde luego, y a los cambios. Pero el hecho de que viviese apartada del mundo no significa que no tuviera una influencia emocional muy fuerte y muy profunda sobre él”, defiende el director. Sus poemas, añade, son meditaciones tremendamente poderosas sobre la mortalidad y la fugacidad de la vida, pero también una celebración de la misma.
Nixon, que estuvo cuatro años preparando el papel, admite algún paralelismo entre este personaje y el de Miranda, ambas con una férrea dignidad y determinación. “Las dos son inteligentes y disciplinadas”, expone, “pero Miranda ha hecho carrera en mundo de hombres, y tiene esa armadura masculina, mientras Emily es lo contrario, y ésa es una de las razones por las que los editores masculinos no respetaron su trabajo, porque era demasiado feminista y femenina”.
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