Combustibles sintéticos ¿una alternativa al auto eléctrico? 

Sólo un milagro podría facilitar la costosa transición hacia el auto eléctrico. El trabajoso desarrollo de las baterías, la extensión de la autonomía, vencer el escepticismo de los automovilistas, el alto precio, superar todos estos aspectos del auto eléctrico requiere de tiempo. 

Ese milagro podría ser el lanzamiento de un combustible diesel sintético que emite menos dióxido de carbono que el consumido para su producción.

El tiempo para salir de los motores de combustión interna convencionales parece acotado. En el Reino Unido se prohibirá la venta de autos a gasolina o diesel a partir de 2040. Sus motores dañan a la salud y al medio ambiente, fundamentó la decisión el ministro Michael Gove a fines de julio. En Noruega sólo se permitirá la venta de autos libres de emisiones tóxicas o de efecto invernadero a partir de 2025. India estableció que a partir de 2030 sólo se podrá vender autos eléctricos.

El gobierno alemán no fijó una fecha para la salida de los motores de combustión. Pero la canciller Angela Merkel admitió que será necesario limitar la circulación de los autos convencionales para poder cumplir la meta de reducir las emisiones de dióxido de carbono para 2050 entre un 80 y un 95 por ciento con respecto a los niveles de 1990. La oposición criticó la falta de definiciones concretas. El Partido Verde demandó que se prohibiera la venta de autos de motores de combustión interna en Alemania a partir de 2030.

Así las cosas, la industria automotriz aceleró las investigaciones para lograr aquel milagro. Pero tomará de todos modos su tiempo. El experto de Audi Hermann Pengg parte de que el diesel sintético producido a partir de fuentes renovables costará aún en los próximos cinco a diez años más del doble del diesel convencional. El portavoz de Volkswagen Peter Weisheit se mostró sin embargo confiado en que se pueda implementar esta nueva tecnología a gran escala.

¿Pero qué son los combustibles sintéticos actualmente en desarrollo? Se trata en el caso ideal de combustibles producidos con electricidad de fuentes renovables, dice Stefan Pischinger, de la Universidad Tecnológica de Aquisgrán. Se habla de métodos "Power-to-Gas" o "Power-to-Fuels".

Esto significa: mediante electrólisis generada con electricidad de fuente renovable se produce primero hidrógeno a partir de agua. Con dióxido de carbono se sintetiza luego metano, que puede servir de combustible como el gas natural. Pero también se pueden producir combustibles sintéticos líquidos, los llamados éteres de oximetileno (OME). 

En una primera etapa se podría mezclar los combustibles sintéticos con el diesel convencional, dice Pischinger. Se lograría así bajar las emisiones de CO2 también en vehículos que ya están en circulación, sin necesidad de reformar motores o gasolineras. Con la condición, claro, de que se genere la electricidad necesaria para la producción de estos combustibles a partir de fuentes renovables y el carbono de biomasa o el dióxido carbono del aire. 

Pero la generación de electricidad mayormente no cumple aún esa condición. Se trata por tanto de un modelo a futuro, expresa críticamente Ferdinand Dudenhoeffer, de la Universidad alemana de Duisburgo-Essen. Además es un proceso de producción caro. "China, el mercado automotor más grande del mundo, no aceptará esta forma de transición", dice. Los chinos apuestan ya a pleno a la movilidad eléctrica. Para Dudenhoeffer se trata antes bien de una maniobra para ganar tiempo sin mejorar las emisiones de óxido de nitrógeno.

Para su colega Pischinger, en cambio, es posible una combustión completamente libre de partículas de hollín y con una reducción de las emisiones de óxido de nitrógeno con los OME. La combustión completa de los sintéticos permite además aumentar su eficiencia, asegura. 

Pengg, el experto de Audi, coincide: el nivel de emisiones de CO2 se ubica un 80 por ciento por debajo del de combustibles convencionales, subraya. La subsidiaria de Volkswagen ya produce suficiente gas sintético en su planta Power-To-Gas en la localidad alemana de Werlte para 1500 autos. Volkswagen ve en los combustibles sintéticos un "potencial notable", según manifestó un portavoz de la mayor automotriz europea.
 

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