Prevenir y sancionar todo tipo de acosos que sufren las mujeres en lugares públicos
Edición Impresa | 15 de Septiembre de 2017 | 03:45

Los resultados de un sondeo realizado en nuestra ciudad por la Defensoría del Pueblo bonaerense reveladores de que ocho de cada diez mujeres aseguraron haber sufrido en forma cotidiana diversas formas del acoso callejero, que incluyeron no sólo expresiones verbales sino avances de tipo físico, dejan traslucir la persistencia en la sociedad de costumbres discriminatorias y violentas que, en esencia, constituyen una injusta afrenta a la igualdad de las personas.
Tal como se informó, el relevamiento -elaborado en base al testimonio de 300 mujeres de distintas edades de La Plata, Ezeiza, Esteban Echeverría y Lomas de Zamora- muestra también que casi la totalidad de estos episodios (el 97 por ciento de ellos) no fueron denunciados, lo que habla de la impotencia y la falta de apoyo que experimentan las mujeres que los sufren.
Según surgió del sondeo realizado, el 60 por ciento de las mujeres dijo que los acosos sufridos fueron de índole verbal; el 3,5 por ciento, físicos y el 35 por ciento que incluyó ambas modalidades. Al ser consultadas sobre el ámbito en que se concretaron, el 37 por ciento respondió que en la vía pública; el 18 por ciento en plazas o paseos públicos; el 18 por ciento en medios de transporte; y el 10 por ciento en su lugar de trabajo.
Se destacó que, en base a este trabajo, el organismo elaboró una serie de propuestas, entre ellas el diseño de un marco jurídico provincial para prevenir, tratar y sancionar el acoso callejero en el espacio público y la creación de un programa provincial cuyos objetivos sean la asistencia, orientación y acompañamiento a las víctimas, en base al vínculo con organizaciones de la sociedad civil, entidades educativas y el Estado. En el primer caso serán, por cierto, los legisladores quienes finalmente se hagan cargo de analizar el proyecto que se llegue a elaborar.
Se propondría, además, la modificación del código de faltas provincial sobre acoso callejero en el espacio público, estableciendo nuevas sanciones y que lo recaudado por motivo de estas sanciones sea destinado a programas de prevención y asistencia a las víctimas. Asimismo, plantea la incorporación a la currícula escolar de contenidos que cuestionen y visibilicen el acoso callejero con perspectiva de derechos humanos, y que se construyan indicadores que permitan observar la evolución de la temática.
Es verdad que en algunos países se han experimentado cambios positivos, en el sentido de avanzar hacia una plena igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y varones. En la Argentina se dieron en los últimos años algunos pasos importantes, sobre todo en materia de legislación que apunta a una igualdad de oportunidades y a una mayor protección de los derechos femeninos.
Sin embargo, persisten desigualdades e injusticias basadas en razones de género, como, en este caso, la inicua figura del acoso callejero que subsume a las mujeres en una realidad agresiva, en la medida en que puede transmitirles una connotación negativa o de poco respeto con la integridad de la condición femenina. Está claro que la humanidad conformada por mujeres y varones debe reaccionar frente a situaciones que degradan la dignidad personal.
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