Recuerdos de verano de la Argentina adolescente

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Amparado bajo el reparador aire acondicionado (siempre en 24º, obviamente) uno recuerda con cierto cariño aquellos veranos en los que hacía el mismo calor, pero sólo había ventiladores para atemperar la canícula.

En aquellas lejanas y casi idílicas temporadas, los diarios se nutrían de algunas pocas noticias. A los políticos se los encontraba en traje de baño en Mar del Plata, las revistas explotaban con el romance de la temporada (siempre hubo uno), en las páginas deportivas se hablaba de los pases en el mercado futbolístico y en las de información general, del precios de la picada con 56 platitos en las mesitas de los bares de la Rambla marplatense.

En aquellos años el clásico era que el intendente de Mar del Plata recibiera en la rotonda de la ruta 2 y Constitución al primer turista del año que, al día siguiente, salía en todos los diarios, obviamente.

Todo aquello, hoy, forma parte de un pasado lejano y que ya no volverá. Forma parte, tal vez, de una Argentina ingenuamente adolescente.

¿Cuándo se produjo el quiebre? El asesinato de José Luis Cabezas, en Pinamar, es una referencia ineludible. Un quiebre, brutal después del cual ya no hubo vuelta atrás.

En aquella cava donde apareció su cadáver quedó tristemente demostrado que la corrupción, el crimen y las mafias del poder, no se tomaban vacaciones.

El próximo jueves, 25 de enero, se cumplirán 21 años de aquel salvaje homicidio. Por el que ya no quedan detenidos.

Fue también en enero, pero desde hace tres años, que un lunes nos despertamos azorados con la novedad de que el fiscal Alberto Nisman había sido encontrado muerto en el baño de su departamento.

Tres veranos después la Justicia trata todavía de dilucidar que fue lo que ocurrió.

Y hoy, en estos días de este enero caluroso, pegajoso e interminable es desde Uruguay que llegan las noticias del verano. Siete millones y medio de dólares fueron encontrados en cajas de seguridad de Montevideo y Punta del Este. Mansiones lujosas fueron allanadas, con zoológicos privados incluido. Autos de alta gama y hasta un avión.

Lo dicho. Ya aprendimos que la corrupción, las mafias y el delito no se toman vacaciones.

Nos queda la esperanza de que de una buena vez, en esta Argentina ya no adolescente, de una buena vez florezca la primavera de la Justicia.

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