Una vez más el Estado va detrás del problema

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Pedro Perrotta
Presidente de la ONG Corazones Azules

Los cuatriciclos pesan entre 180 y 250 kilos y pueden alcanzar una velocidad de hasta 140 kilómetros por hora. Se tratan de vehículos peligrosos y difíciles de conducir, y los modelos kids son tan peligrosos como todos los demás.

Algunos padres se los compran a sus hijos para hacerlos sentir grandes e importantes... y les enseñan a conducir un vehículo a motor antes de que esos chicos desarrollen bien su sistema matriz: caminar, correr, andar en bicicleta... (mientras que los chicos recién pueden andar en bicicleta sin ruedas entre los 5 y 7 años, hay adultos que ya a los 6 les regalan un vehículo a motor).

En cualquier caso, si un menor accede a manejar un cuatriciclo es porque hay un adulto que se lo da. Pero más allá de esta imprudencia por parte de los adultos, hay una ausencia del Estado muy grande.

Los recaudos para el uso de estos vehículos son varios, pero el principal es de concepto... ¡no son un juguete! Quien lo conduzca requiere una idoneidad de conducción mayor a la de una moto o auto. Es por eso que los menores no están capacitados para conducirlos, y quienes lo hacen deben llevar puesto los elementos de protección por posibles accidentes.

Los cuatriciclos están diseñados para terrenos pedregosos y arenosos, no para la ciudad ya que otorgan una falsa sensación de estabilidad en el pavimento. Por eso no deberían circular por la vía pública, pero en época de vacaciones y en localidades de la costa argentina, es muy frecuente ver que niños y adolescentes los utilicen para trasladarse sólo por mera diversión (lo grave es que con el aval de sus padres... los mismos mayores que lamentablemente entran a los centros de salud llorando y pidiendo por la salud de sus hijos).

Estos vehículos no cuentan con el certificado LCM, (Licencia de Configuración del Modelo) otorgado por la Secretaría de Comercio Interior de la Nación, que acredita la existencia de las condiciones técnicas para la circulación (espejos, luces, cubiertas apropiadas, entre otros.); por esta razón, no pueden circular por la vía pública. El concesionario que vende el cuatriciclo debe entregar la documentación correspondiente con una nota que alerta de la prohibición de circular.

Es tremendo que hoy tengamos que lamentar muertes y accidentes por el uso de este tipo de vehículos, y una vez más el Estado va detrás del problema y no de la prevención.

 

 

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