Los muñecos que ardieron en los barrios

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Como es tradición en nuestra Ciudad, el 31 de diciembre ardieron los muñecos de fin de año y ningún barrio se quiso quedar afuera, ya que es un espectáculo realmente único, hecho por los vecinos y significa una muestra de la identidad de cada barrio.

En la zona Norte cada año hay más hechos de forma totalmente artesanal y fueron muchísimos los vecinos que disfrutaron de este festejo que es único en nuestro país.

Entre los tantos que se pudieron ver en las calles de Hernández, Gorina, Gonnet, City Bell y Villa Elisa estuvieron “Llegamos a Rusia” en 502 y 13 (Villa Castells), Hotel Transilvania en 138 y 484 (Gorina), Majin Boo de Dragon Ball Z en 16 y 487 (Gonnet), Minions en 30 y 475 (City Bell), El Pueblo derrota al Monstruo en Plaza San Martín (City Bell), Muñecos de Pixar en 501 y 25 (Gonnet), Jefe en Pañales en 484 y 134 (Gorina), Anabelle en 485 y 134 (Gorina), Jimmy Boom bastic en 503 y 18 (Gonnet), Olaf-Frozen en 18 bis y 479 (City Bell), Tito el monstruito en Camino Belgrano y 413 (Villa Elisa), Dragon en 482 y 25 (Gonnet), Emojis en 5 y 493 La placita (Villa Castells), El juego del Miedo en 21c y 458 (City Bell).

En la ciudad la Comuna local realizó una votación entre los vecinos para elegir a los tres mejores muñecos de fin de año, a través de la app Geomomos. Más de 10 mil vecinos participaron de la votación. “Se acercaron familias desde diversas ciudades cercanas para participar de nuestra tradición”, señalaron desde la Comuna.

UN POCO DE HISTORIA

En Gonnet el primer muñeco de fin de año se construyó hace 30 años, en diciembre de 1987, cuando un grupo de niños del barrio, acompañados por algunos padres, solicitaron ayuda a los profesores Elías Suaina Cafrune y Ana Altamirano para construir un muñeco de Fin de Año.

Cafrune tuvo a su cargo el diseño artístico y la dirección de la tarea, que se realizó en su propia casa, en donde se construyó el Monstruo Frankenstein. Entre maderas, cartones, engrudos, papeles, pinturas y collages, surgió la enorme figura vestida de smoking, en la que cada pequeño se veía representado con orgullo en un detalle: los ojos azules, el peinado, las cicatrices. Se lo instaló el día 31 en la esquina de 504 y 14 de Gonnet, y finalmente fue quemado en los primeros minutos de 1988 ante una multitud de vecinos, luego de un espectacular despliegue de fuegos de artificio, plenos de luces y colores.

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