Los números en Estudiantes

En la oficina de presidencia del primer piso de la Sede de Estudiantes están los encargados de las finanzas, Juan Prates y Gabriel Píccoli. Junto a ellos, el gerente de finanzas Gabriel Coria y el gerente general Marcelo De Luca. El motivo de la reunión es abrir los libros contables y explicar el presente financiero del Club, en la antesala de la Asamblea Anual Ordinaria, a realizarse el sábado por la mañana en el Country.

“Es el primer balance de la gestión, que nos agarra en un momento macroeconómico complicado del país, con una devaluación de la moneda del 75% y una inflación del 33%, que hizo las cosas un poco complicadas”, arranca con el diálogo Píccoli, el secretario de finanzas, que avisa: “Al momento del cierre del ejercicio el dólar estaba a 30 pesos”.

El primer dato que sobresale del balance es el superávit del ejercicio, en 5,5 millones de pesos. “En este período sólo contamos las ventas de Juan Otero y Gastón Giménez”, aporta De Luca.

“Si uno mira el resultado de este año va a encontrar un aumento en el costo plantel profesional de 320 millones de pesos, que no es otra cosa que la desactivación de lo que se aumentó el año pasado con los revalúos por las transferencias de Foyh y Ascacibar al cierre del ejercicio”, explica Prates en relación al adelanto registrado en el período anterior.

Estudiantes, como todos los clubes argentinos, necesita de la venta de algún jugador al fútbol europeo para poder equilibrar sus finanzas. ¿Cómo se planifica ahora que además hay una obra en el estadio? Responde Píccoli: “A medida que 57 y 1 vaya siendo una realidad nosotros estamos convencidos que van a surgir otros fondos que van a poder sostener al Club. Me refiero al naming, la venta de palcos y plateas y los espacios que se van a comercializar en el predio”.

“Lo importante y que vamos a destacarle al socio en la Asamblea es el cambio de paradigma en relación al estadio”, dice Prates en relación a la inversión de dinero ordinario cuando históricamente se pensó en construirlo con plata extraordinaria.

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“Hoy Estudiantes tiene en su stock de palcos unos 6 millones de dólares. La primera cuota del banco Itaú vence en diciembre de 2019. Tenemos un año y medio para juntar ese dinero, hacer acuerdos o lo que sea”, continua el prosecretario de finanzas. “Es tomar riesgos, claro, pero riesgos acotados”.

En ese cambio de paradigma se explican los 5,6 millones de dólares invertidos en el estadio en el ejercicio anterior, más los 3,5 millones de dólares depositados el mes pasado en el fideicomiso, dinero que no figura en este balance porque ocurrió pasado el 30/6. Ese último monto corresponde al dinero adelantado por Tottenham por el pase de Juan Foyth.

“De alguna manera las ventas de Foyth y Ascacibar fueron extraordinarias. Sin ellas no hubiésemos podido poner todo ese dinero en las obras del estadio”, expresa Coria.

El Pasivo (deudas, previsiones y fondos específicos) es otro tema que genera debate interno.

“Los fondos específicos, que representan el 49% del pasivo, es un dinero que el Club debe pero no tiene que pagar, como los 7 millones de dólares de Sport Club y Experiencia Fútbol. El primero utiliza el espacio y el otro se va a cobrar con la venta de plateas”, remarca el secretario de finanzas.

“Estudiantes tiene un contrato por 10 años con Experiencia Fútbol y si en ese tiempo no se recupera el dinero se prorroga el contrato”, cuenta De Luca y Coria aporta: “Ese dinero no tiene que salir de nuestra caja”.

“Si se toman los fondos específicos hay un desendeudamiento. El ejercicio pasado sumaba 217 millones de pesos y en éste 214 millones”, enfatiza Píccoli.

Coria explica que también está en el pasivo la venta de plateas, porque hasta que el usuario no pueda utilizar su lugar el Club no puede quitar ese dinero. “Se da la paradoja que mientras más vendés más pasivo tenés hasta que se construya el estadio. Recién ahí lo vamos a poder poner en resultado”.

De los 418 millones del pasivo, 162 millones corresponden a deudas corrientes, es decir el dinero que el Club deberá pagar en el transcurso del ejercicio 2018/19. En tanto, 23,8 millones son previsiones a pagar, también en el mismo período. Y 27 millones son previsiones a saldar en períodos posteriores, como por ejemplo el crédito del banco Itaú. “Si se comparan los 418 millones con el activo del Club, es menos de un 20%”, cierran los cuatro con la certeza de estar por el camino correcto.