El futuro presidente, el primero en décadas sin mayoría en el Congreso

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RÍO DE JANEIRO

El presidente elegido por los brasileños, cualquiera sea el vencedor, se convertirá en el primero en dos décadas sin apoyo mayoritario en un Congreso que tendrá poca renovación en los comicios legislativos y en el que las fuerzas estarán totalmente fragmentadas.

El partido Partido Social Liberal (PSL, ultraderecha) de Jair Bolsonaro es una formación que sólo cuenta con el respaldo de 8 de los 513 miembros de la Cámara de Diputados y ninguno de los 81 senadores. Y el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), que lleva como candidato a Fernando Haddad, perderá fuerza en el Congreso y ya que llegó a las elecciones con un solo aliado, tras haber liderado una coalición de 19 partidos hace ocho años.

Según una proyección elaborada por el Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (Diap), el PSL, impulsado por los votos a Bolsonaro, doblará su representación en la Cámara baja, desde los actuales 8 diputados a entre 15 y 18 legisladores, lo que le alcanzará sólo para convertirse en la 12ª mayor fuerza en el Congreso.

El mismo estudio indica que el PT se mantendrá como la mayor fuerza en la Cámara pese a que su representación caerá desde los 68 diputados elegidos en 2014 hasta entre 55 y 65 diputados en 2018, lo que equivale a cerca de la décima parte de los 513 legisladores.

Y Haddad, en caso de vencer a Bolsonaro en la segunda vuelta presidencial como indican los sondeos, tendrá que enfrentarse a un Congreso mayoritariamente “anti PT”, como quedó demostrado cuando la Cámara aprobó la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff por 367 votos a favor y sólo 137 en contra.

Cualquiera que sea el vencedor, no tendrá el apoyo mayoritario que tuvieron en el Congreso tanto el presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) como Lula (2003-2010) y Rousseff (2011-2016).

Cuando asumió su primer mandato, Lula tenía el respaldo de 259 diputados y 50 senadores. Cuatro años después elevó la coalición aliada a 353 diputados y 50 senadores. Su sucesora, Rousseff, asumió en 2011 con el apoyo de 340 diputados y 62 senadores, pero en 2014 ese apoyo ya había caído a 304 diputados y 40 senadores.

Tanto Bolsonaro como Haddad deberán negociar apoyos a un precio alto para tener un mínimo de gobernabilidad. Cualquiera de los dos, además, tendrá que lidiar con el Congreso menos renovado en las dos últimas décadas y actualmente dominado por grupos conservadores y corporativistas, que se caracterizan por defender intereses particulares como los de los hacendados, las iglesias evangélicas y las empresas. (EFE)

 

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