Un simulacro para mostrar el “caos” que generaría el paso bajo nivel en 1 y 32

No solo no dan el brazo a torcer sino que redoblan las advertencias. A medida que se aproxima el inicio de los trabajos para la construcción del paso bajo a nivel en 1 y 32, los defensores del ingreso soterrado del tren a la estación de 1 y 44 profundizan su protesta.

Ayer, con una “experiencia urbana” que consistió en cortar la calle 2 para simular lo que -afirman- sucedería con el tránsito vehicular de la zona una vez que se construya la megaobra, volvieron a reclamar que se revise la decisión de avanzar con el paso bajo a nivel.

Pese a esos reparos, para el Gobierno la obra en el cruce de avenidas 1, 32 y las vías del ferrocarril Roca parece no tener vuelta atrás. Días atrás se adjudicó el proyecto a una unión de empresas encabezada por Eleprint, que se espera que inicie los movimientos de tierra antes de fin de año.

Los gobiernos nacionales y municipales consideran que un paso bajo las vías es la solución a los embotellamientos presentes y los que se generarían en el futuro, de permanecer el sistema de barreras, con el progresivo incremento en la frecuencia de paso de los convoyes eléctricos.

Como contrapartida, un grupo de profesionales y vecinos sostiene que la obra traerá más problemas de los que resolverá. Es lo que denunciaron ayer a la tarde, cuando se juntaron con pancartas en 2 y 532 para reiterar su postura. “Lo que se hizo fue una suerte de simulacro de lo que ocurriría en caso de que se lleve adelante el proyecto del túnel en 1 y 32”, explicó Pablo Pérez, referente tolosano y uno de los integrantes del nucleamiento.

Según explicó, “no tendrían salida hacia La Plata ni la calle 2, ni 2 bis, ni 3. Recién en calle 4 se podría cruzar la avenida. Y hacia el otro lado ni la calle 115, 115 bis, 116 ni 117. Con solamente haber cortado 20 minutos la calle 2 demostramos que es un caos absoluto”, consideró y lamentó que, encima, hasta el momento ni siquiera “se ha explicado qué va a pasar con los pasos de 1 y 38 y 1 y 528”.

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Para Pérez se trata de “una obra que, desde nuestro punto de vista, plantea una ciudad antigua. Somos la capital de la Provincia y si la capital no puede hacer una obra que prevea la entrada del tren soterrado en doce cuadras, qué le queda al resto de las ciudades de la Provincia”, se preguntó.

Quienes participaron de la movida resaltaron que los automovilistas “se mostraron compresivos” con el reclamo “porque entienden qué es lo que va a suceder con la Ciudad”.

Durante la jornada repartieron panfletos en los que daban cuenta de una serie de consecuencias que acarrearía la construcción del paso bajo a nivel en 1 y 32. “Más de 80 árboles van a ser extraídos”, advirtieron, y resaltaron que el “cierre del paso vehicular en la calle 2 y 532 será un perjuicio irremediable para los comerciantes de calle 2 y sus fuentes de trabajo”.

Insistieron, a su vez, en que la obra profundizará “una división definitiva de la calle 1, en lo que corre desde las calles 528 a 40”, lo que describieron como una “ciudad desconectada”.

Otro reparo a la obra es que, según dicen quienes prefieren el soterramiento, se generará “un caos total en los cruces de 1 y 528 y 1 y 38, y también se producirá “el traslado del nudo vial hacia la calle 4”.

el proyecto

Elaborado por la Unidad de Investigación en Ingeniería Civil (UIDIC), dependiente de la UNLP, el paso bajo nivel hará que ambas manos de la avenida 32 pasen soterradas, por separado, bajo las vías y la avenida 1. A esos breves túneles, se accederá por rampas de unos doscientos metros de longitud, cada una con tres carriles de tres metros y medio de anchura, que se desprenderán hacia la izquierda de los actuales andariveles rápidos de la 32. Además, se abrirá un “retorno” en 4 y 32 para compensar la desaparición del actual cruce por calle 2.