La vuelta de un clásico

El perchero, un objeto que regresa a la deco en diferentes formas aunque más funcional y estético que nunca.

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Por lo general no les prestamos nada de atención a los percheros. Son elementos que están a la entrada de una casa o en la oficina, sirven para colgar el abrigo y el bolso y punto. Pero no hay que menospreciar la importancia que tiene ese objeto, que es uno de los primeros que nos recibe al llegar a un lugar. Puede que un perchero nos sorprenda con colores o formas distintas y que, ya con eso, tengamos los ojos mucho más abiertos para ese entorno que nos acaba de asombrar.

Muchos diseñadores han volcado su creatividad para que los percheros dejaran de ser un objeto meramente funcional. Joy Charbonneau y Derek McLeod, por ejemplo, crearon una estructura de hierro para la marca Karakter que cuelga de la pared como si fuese un cuadro. Si uno lo necesita como perchero, puede utilizar las delgadas líneas que recorren ese “cuadro” terminado en siete puntas muy armadas.

Mark Braun, diseñador, trabajó en colaboración con la compañía Echtstahl y creó Piro, un objeto en el cual el marco también juega un gran papel, porque consiste en un caño curvo y una chapa en la parte inferior. El perchero se fija la pared y permite colgar prendas en perchas en el sector superior y colocar bufandas y gorros en el recipiente inferior, que tiene un aire de revistero.

Curve, diseño de Felix Stark para Schönbuch, prefirió idear un perchero que consumiera el menor espacio posible. El marco se instala en forma paralela a la pared y, si uno lo necesita, puede extenderlo tirando de la parte superior. Se abrirá con pendiente y, de esa manera, ofrecerá una gran capacidad para colgar cosas. “Me encanta recibir visitas, y lo hago muy a menudo”, comenta Felix al explicar su diseño. Por lo general, cuenta, la gente llega y arroja las chaquetas y los abrigos sobre la cama del dormitorio porque el perchero no da abasto. “Me faltaba tener un perchero ‘instantáneo’, que uno pudiera hacer desaparecer cuando no lo necesita”, dice.

Schönbuch también ofrece otros modelos, como el Dots Stone del estudio de diseño Apartment 8. Su nombre lo dice todo: “dots” significa puntos en inglés. En el perchero, esos puntos se convierten en pelotas, que van colocadas en la punta de un elemento de acero en la pared. Al ser de colores, se ven como un elemento decorativo, y si uno lo necesita, se convierte en perchero. Kartell tuvo una idea similar y lanzó al mercado Jellies Coat Hanger, que permite ordenar individualmente o en grupos los ganchos hechos de un material sintético.

Igual de minimalista es la propuesta del estudio Big-Game para Hay. Beam consiste en un perfil en forma de H de aluminio y ganchos de madera de fresno que pueden desplazarse en la barra. Además, soportan gran cantidad de peso.

Alan Wisniewski apostó por generar un impacto visual con su Subway para la marca Umbra. El perchero, tal como lo anuncia su nombre, recuerda a un plan del recorrido de un metro. Las “estaciones” de metro que presenta ese plan son los ganchos del perchero.

“Es que la idea de este perchero me surgió efectivamente al estar observando las redes de metro”, explica Wisniewski. “Es así, muchas veces me dejo inspirar por cosas muy cotidianas e intento llevarlas a otro contexto de un modo artístico”, agrega.

Para los pisos pequeños, 1 for 8, de Katja Kirchhoff y Sophia Muckle, puede ser una gran solución.

La marca Side by Side los fabrica en arce con ganchos de acero muy parecidos a las perchas, con lo cual pueden utilizarse como extensión de un perchero ya existente o sujetos, a su vez, a otros ganchos.

 

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