Herramientas y consejos para superar el temido Síndrome del nido vacío

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Por JORGE TARZIAN
Doctor en Medicina (UNLP)

Muchas veces nos hemos preguntado como serán nuestras vidas el día en que los hijos abandonen el hogar paterno.

Está claro que existen diferentes tipos de padres y madres, por lo cual es lógico esperar que la maternidad se ejerza de manera distinta en cada familia. Sin embargo, los propósitos y obligaciones principales de los padres son de manera general, cuidar, proveer, y escolarizar a los hijos como mínimo hasta su mayoría de edad.

Qué sucede, entonces, cuando ellos se van de casa. Aquí aparece lo que se conoce con el nombre del Síndrome del nido vacío o – empty nest syndrome- de los autores ingleses.

Cuando un hijo se va de casa, se pueden experimentar diferentes sensaciones como la tristeza, el vacío, la soledad y la preocupación.

Es normal llorar de vez en cuando o, incluso, entrar en la habitación del hijo ausente y sentarse allí por un tiempo en un intento de sentirse más cerca de él o de ella.

Saber encajar la ida de los hijos dependerá del estilo de vida que hayan tenido los padres hasta ese momento”

 

Se trata de emociones perfectamente normales y suelen ser pasajeras.

Otras personas, en cambio, viven esta etapa como un proceso positivo. Además de echarles de menos, resulta frecuente que, como padres, nos preguntemos si estarán bien y sobre todo, que haremos con nuestras vidas a partir de ahora.

Saber encajar la marcha de los hijos, dependerá del estilo de vida que hayan tenido los padres hasta ese momento.

Si los padres han fomentado la autonomía de los hijos y además de su rol como padres, han sabido preservar ciertas áreas fuera de ese rol paterno (amistades, hobbies, o actividades culturales, por ejemplo), tendrán más herramientas para superar o no desarrollar el síndrome del nido vacío.

En cambio, a aquellos que han desarrollado un vínculo muy dependiente con sus hijos y han dedicado toda su vida exclusivamente a su cuidado, posiblemente les resultará más difícil.

Cuando los hijos se independizan podemos aprovechar este momento para reforzar la relación de pareja. Tendremos que aprender a incluir nuevos temas de conversación porque hasta ahora gran parte del contenido de la comunicación, estaba relacionado con la vida de nuestros hijos y su cuidado. Es el momento de hablar y compartir cosas mas íntimas.

Para superarlo juntos, es positivo que habléis de las emociones que sentís ante la marcha. Esto se agrava cuando fallece uno de los cónyuges. Por otra parte, habrá que aprender a iniciar nuevas rutinas. Buscar actividades y hacer planes que antes no hacías. Se trata de reconstruir un nuevo rol, como personas adultas independientes. Para ello, hay que empezar a trabajar lo antes posible.

Siempre podréis seguir estableciendo un contacto frecuente con vuestros hijos.

Solo cambiará vuestra forma de hacerlo. El concepto de familia no desaparece, solo se transforma y habrá que adaptarse a ello.

No se trata de que neguéis lo que sentís, solo tendréis que normalizar estos sentimientos y no dejar que interfieran en nuestra vida cotidiana. Puede ser el momento de volver a descubrir lo que os satisface, de ser vosotros mismos, de crecer y de desarrollaros de una forma diferente.

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