Con la vuelta a clases, las mascotas sienten el cambio de rutina

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Esta semana finalmente los chicos platenses volvieron a clases. Y el retorno a la actividad escolar siempre va de la mano a un cambio de la rutina de todas las familias que termina siendo radical, porque del ritmo relajado de las vacaciones se pasa sin escala a un sinnúmero de actividades donde los padres van de aquí para allá durante todo el día acompañando a los pequeños.

Y la mascota lo sufre sobremanera porque percibe esos constantes movimientos y no queda exenta de los cambios experimentados en el seno familiar.

Es clave estar atentos ante las diferentes reacciones de los perros y/o gatos

 

Durante el receso escolar los más chicos de la casa han tenido más tiempo para jugar, salir al parque y compartir tiempo con el perro o el gato. Por además de ser un período donde las actividades escasean, el clima acompaña a disfrutar a pleno del aire libre. Lo cierto es que todo lo bueno termina y una vez que arrancaron la escuela, los chicos -y no tan chicos- no estarán en la vivienda tantas horas como sí lo estaban en vacaciones. Es por eso que a la hora de volver a casa deberán realizar tareas escolares y estudiar, tiempo que terminan quitándole a la mascota, que siente que la atención ya no es la misma. Y obviamente que la reclamará a su manera.

ATENTOS A LAS REACCIONES

De ahí que es clave estar atentos ante las diferentes reacciones de los perros y/o gatos ya que estos cambios de rutina pueden modificar su estado de ánimo. Está comprobado que la tristeza no es un sentimiento exclusivo de los seres humanos. Algunos animales también la padecen, y hasta pueden llegar a manifestarse a través de actitudes violentas y sorpresivas, e incluso pueden tener reacciones a las que no estamos acostumbrados, como el aislamiento, sólo por nombrar una al azar.

También puede ocurrir que nuestra mascota tenga manifestaciones más extremas. Y en este caso se pueden enumerar varias como que se muerda la cola hasta provocarse una herida, que aúlle todo el día o que se lama la piel insistentemente, entre otras. La excesiva pasividad, su inusual tranquilidad y su falta de apetito también deben preocupar si es que podemos dar cuenta de ellas.

Sin duda alguna que estas conductas pueden ser síntomas de depresión y se presentan cuando ocurre un cambio en el entorno de la mascota, como lo es la vuelta a clase de los chicos, que conlleva a un inexorable cambio de rutina familiar.

¿QUÉ HACEMOS?

A la hora de evaluar las alternativas que tenemos a mano para que esto no ocurra, jugar con las mascotas de la casa puede ser una buena opción a modo de solución. Los animales disfrutan mucho el tiempo de juego con su dueño como lanzarle una pelota, hacerle cosquillas en la panza, correr por el parque o salir a pasear. Todas esas actividades elevan la adrenalina y ayudan a paliar los sentimientos negativos.

Los animales disfrutan mucho el tiempo de juego con su dueño, como lanzarle una pelota

 

Lo importante es que no se sientan solos al momento que volvemos a la casa. Darles cariño es primordial porque luego de que la soledad del día los invada, nada mejor que unos mimos para alegrarle el alma a quien consideramos un integrante más de la familia.

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