Una alternativa que no sólo salva vidas

Edición Impresa

Hugo Petrone

Presidente del CUCAIBA

El trasplante que se realizó en el Hospital John Hopkins no es el primero de pene -ya que antes se han hecho dos en Estados Unidos y Sudáfrica-, pero sí es el primero en abarcar pene, escroto y parte de la pared abdominal.

Al igual que el trasplante de cara o manos, que involucran gran cantidad de tejidos (no sólo piel y venas, sino que a veces también músculo y hueso), este tipo de trasplante de pene encuadraría en lo que se conoce como trasplante de tejidos compuestos, lo que supone un desafío mayor. Y es que cuanta más cantidad de tejidos se encuentran involucrados en el procedimiento, mayor es el riesgo de rechazo y mayor el nivel que se requiere de inmunosupresión.

En cualquier caso, si este nuevo logro fue posible ha sido gracias a los enormes avances que se han venido produciendo durante los últimos años en materia de inmuno supresión para evitar un eventual rechazo de los tejidos, pero también en el terreno de la microcirugía y los estudios inmunológicos para determinar con mucha precisión el grado de compatibilidad entre el donante y el receptor. Gracias a estos avances los trasplantes se vuelven cada vez más una alternativa que no sólo permite salvar la vida de una persona sino también devolverle funcionalidad a una parte de su cuerpo, aportándole a su vez una solución estética que en muchos casos, como éste, hace al bienestar emocional.

 

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