Y pensar que hace 40 años, en un día como hoy, Argentina gritaba ¡campeón!

Hoy se cumplen 40 años de la obtención de la Copa del Mundo 1978 por parte de la Selección nacional de Argentina, y el recordatorio llega en medio de una de las peores crisis de nuestro fútbol con motivo de la actualidad del representativo albiceleste en el campeonato Mundial de Rusia.

Al margen de este presente nada grato para los fanáticos del más popular de los deportes, corresponde destacar aquella conquista porque colocó al fútbol argentino en la cúspide por primera vez en su historia, lugar al que regresó en México 1986.

“Sin desmerecer a nadie: así como Rinus Michels cambió el fútbol de Holanda, Menotti cambió el de Argentina”

Roberto Marcos Saporiti
DT auxiliar de Menotti

La Selección logró aquella primera Copa del Mundo el 25 de junio de 1978, al ganarle 3-1 en la final a Holanda, con anotaciones de Mario Kempes, en dos oportunidades, y Daniel Bertoni.

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Más allá de las circunstancias políticas que rodearon la organización del certamen que por estos días se está desarrollando en Rusia, el Mundial 78 trae aparejados los mejores recuerdos futbolísticos, que incluye la memoria de héroes deportivos con autoridad para referirse a todo aquello que tenga que ver con el fútbol y con el seleccionado que hoy está haciendo sufrir a todo el país.

Hubo en aquel plantel que tuvo como entrenador a César Luis Menotti ausencias de las que todavía se puede reflexionar, como Hugo Orlando Gatti, Vicente Pernía, Reinaldo Carlos Merlo, Ricardo Bochini y la más significativa, Diego Armando Maradona, pero quienes si fueron convocados alcanzaron un nivel futbolístico que desembocó en la clasificación para la histórica final con Holanda.

Ubaldo Matildo Fillol fue, desde el arco, una de las piezas claves; lo mismo que Luis Galván y Daniel Passarella, la dupla de centrales; Américo Rubén Gallego resultó el patrón en la línea de medios; Osvaldo Ardiles quien se encargó de equilibrar la zona de gestación; y Mario Alberto Kempes el gran goleador. Puntos destacados en una formación que creció a medida que transcurrió la competencia.

Desde siempre, el fútbol sudamericano brillaba a partir de Brasil, Argentina y, en un tercer escalón, Uruguay. Pero fue en la Copa del Mundo de 1978 cuando el seleccionado albiceleste, de local, se recibió de “grande” y consiguió la gloria que estaba buscando desde 1930.

En aquel 25 de junio de 1978, el equipo desarrollado por Menotti ingresó al estadio Monumental de River Plate colmado como nunca con la convicción de que esta Copa no se le podía escapar. Y a pesar del frío, de los nervios y de tener enfrente a la poderosa “Naranja mecánica” holandesa.

La tensión propia de una final de estas características impuso condiciones en los primeros tramos del juego en el que los europeos manejaron la pelota, transformando a Fillol en una figura creciente. Hasta que a los 37 minutos Kempes dejó atrás a Jan Jongbloed y definió a un costado para que el estadio estallara en un solo grito.

“Me equivoqué en no llevar a Diego al Mundial 78, pero después salí campeón y nadie dijo nada. Fue el jugador más grande”

César Luis Menotti
DT del equipo campeón 1978

Pero a la Argentina le costó afirmar su juego, Holanda siguió amenazando el arco de Fillol, y con el final a 8 minutos, el ingresado Dirk Naaninga metió un cabezazo que paralizó a todos. Tanto como otro pelotazo, en este caso de Rob Rensenbrink, que golpeó un palo. Con el 1-1 hubo alargue.

En tiempo suplementario, Argentina fue por toda la gloria, y la empezó a encontrar a poco de terminar la primera etapa, cuando Kempes guapeó en el área, y después de trabar con el arquero empujó la pelota a la red. Y cuando la hazaña estaba consumada, apareció Bertoni para asegurar la victoria tras una combinación con Kempes.

Argentina, bajo la conducción técnica de Menotti, disputó la final con esta alineación: Ubaldo Fillol; Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella, Alberto Tarantini; Osvaldo Ardiles, Rubén Gallego, Oscar Ortiz; Daniel Bertoni, Leopoldo Jacinto Luque y Mario Kempes.

LA FORMACIONES

Holanda, por su parte, y con Ernst Happel como director técnico, lo hizo con Jan Jongbloed; Arie Haan, Ernie Brandts, Ruud Krol, Jaan Poortvliet; Willie Van der Kerkhoff, Johan Neskens, Wim Jansen; Johnny Rep, Rene Van der Kerkhoff, Rob Rensenbrink.

En el equipo argentino, durante el segundo tiempo ingresaron Omar Larrosa, por Ardiles, a los 20 minutos, y René Orlando Houseman por Ortiz, a los 29; mientras que en Holanda, Dirk Nanninga entró por Rep, a los 14, y Wim Suurbier por Jansen, a los 27.