Otra muerte en una prueba atlética reabre el debate sobre los riesgos de esta actividad
Edición Impresa | 27 de Agosto de 2018 | 02:37

Una nueva tragedia golpea al atletismo, a partir del fallecimiento de un competidor de 55 años durante la media maratón de Buenos Aires, que fue ganada por un etíope (ver aparte). Este diario ya había advertido sobre los peligros a los que se exponen los participantes que afrontan este tipo de pruebas, en una nota publicada el 26 de abril pasado, a propósito de dos casos fatales en competencias pasadas. Y allí, mediante la opinión de especialistas en cardiología y medicina del deporte, se daba cuenta de aspectos que deben ser tenidos en cuenta a la hora a asumir estos desafíos, tanto como las consecuencias letales que pueden producirse en determinadas situaciones.
Esta vez, la víctima fue Osvaldo Norberto Carrizo, de 55 años, quien se desvaneció en el kilómetro 4 de la competencia y debió ser trasladado de urgencia al Hospital Fernández, donde murió, según indicaron fuentes policiales y judiciales.
Carrizo -confirmaron luego los mismos voceros- sufrió un paro cardiorrespiratorio, que desencadenó el deceso. Lamentablemente, su caso no fue aislado, ya que otro participante, de 37 años, también padeció una descompensación y tuvo que ser atendido de urgencia, según indicaron desde el SAME.
“La nota triste de la jornada fue el fallecimiento por un paro cardíaco de un corredor, poco después de la largada”, indicó en un comunicado Ñandú, la asociación que estuvo a cargo de la organización de la prueba atlética sobre una distancia de 21 kilómetros.
“Osvaldo Carrizo, santafesino de 55 años, se desvaneció a la altura del kilómetro 4. Ello sucedió a las 8 de la mañana y al instante fue atendido por un cardiólogo y trasladado en la ambulancia -que se encontraba allí- hasta el Hospital Fernández, donde llegó 7 minutos después”, se informó.
“Sin embargo, no pudo ser recuperado y la causa del deceso fue paro cardiorrespiratorio, fibrilación ventricular. Tanto desde la Asociación Ñandú, organizadora de la competición, como desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se brindó la asistencia inmediata y las medidas de asistencia a sus familiares”, aseguraron.
Además hubo otro participante que tuvo que ser hospitalizado, descompensado
Respecto del otro participante que debió recibir atención médica, fue trasladado al Hospital Pirovano y después lo derivaron al Fernández. Allí fue ingresado al sector de Hemodinamia, para asistirlo por una obstrucción en una arteria. “Está vivo, está siendo operado”, se indicó.
LOS PELIGROS DE ESTA ACTIVIDAD
A propósito de la maratón de Londres, corrida en abril pasado sobre la tradicional distancia de 42 kilómetros, donde murió un competidor, y de otra prueba de 10 kilómetros en Santa Fe, donde falleció una competidora, este diario dialogó con especialistas en medicina y cardiología sobre los peligros a los que se exponen las personas que asumen este tipo de desafíos tan exigentes. Y plantearon varias cuestiones que vale la pena considerar, para tratar de explicar por qué la fatalidad sigue golpeando a las pruebas atléticas, tal como ocurrió ayer en Buenos Aires.
“No hay dudas de que la actividad física hace bien, pero no existe una relación directa entre la intensidad del ejercicio físico y la salud. De hecho, pasado cierto umbral de intensidad el esfuerzo físico lleva al organismo a un límite que puede ocasionar daño al corazón”, aseguró Alejandro Gómez Monroy, especialista en cardiología, al ser consultado en dicha ocasión. Y agregó: “La mortalidad por un esfuerzo físico durante el deporte es muy baja. Su prevalencia está calculada en 1 a 2 personas cada 100 mil. Lo que ocurre es que tiene mucho impacto a nivel social porque involucra muchas veces a personas jóvenes, en buen estado físico o profesionales conocidos, lo que hace que llame la atención. Con todo, el hecho de que la prevalencia de este tipo de episodios sea baja en general no significa que no ocurran con mayor frecuencia en situaciones de esfuerzos desmedidos”.
Por su parte, Rubén Argemi, especialista en Medicina del Deporte, dijo en su momento que “estamos viviendo una época en que correr maratones se ha vuelto cool. Y hoy es muy común que algunas personas se lo pongan como un objetivo de vida, lo que no está mal. Pero uno no puede perder de vista que si bien hacer actividad física regular tiene muchos beneficios para la salud, también puede producir perjuicios si el esfuerzo que implica no se corresponde con nuestro grado de preparación”. Y añadió: “Ocurre además que un esfuerzo desmedido puede desencadenar enfermedades preexistentes del corazón, como una alteración en su ritmo, una malformación congénita o incluso algún tipo de arteriosclerosis que produzca la muerte de esa persona durante el esfuerzo. Y si a eso se le suman condiciones de calor y humedad inadecuadas, el riesgo se multiplica”.
CARDIOPATÍAS
Gómez Monroy también hizo notar que “entre las personas menores de 35 años, las causas de muerte en el deporte obedecen generalmente a cardiopatías congénitas que han pasado inadvertidas y se manifiestan durante un esfuerzo físico inusual. Entre los mayores de 35, la principal causa es la enfermedad coronaria de tipo arterosclerótica por la ruptura de una placa de ateroma. Aunque la persona no tenga factores de riesgo significativos y esté bien entrenada puede ocurrir que el esfuerzo desmedido produzca que una pequeña placa se le inestabilice. De hecho, el 86% de los infartos ocurren por complicaciones de placas de grado leve que no dan síntomas”.
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