¿De madera o de ladrillos?

Cuáles son las ventajas de una y otra forma de construcción.

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Por lo general, lo que define si elegimos construir nuestra casa en madera o con ladrillos es la estética. Es una cuestión de gustos. La mayoría de los maestros de obra tienden a los ladrillos o al hormigón, pero en los barrios de construcciones más nuevas se ve cada vez más madera. ¿Alguna de las dos opciones es mejor que la otra?

“Tanto la madera como el ladrillo permiten construir estructuras que cumplan con todos los requerimientos de calidad habitacional y eficiencia energética actuales”, comenta la especialista alemana Gabriele Heinrich. Sin embargo, cada material tiene sus argumentos a favor y en contra.

LA CASA DE MADERA

A veces se construye tomando como guía las casas escandinavas, pero las opciones son múltiples. Es más, hay muchos casos en los que no se puede decir a primera vista si son casas de madera o de ladrillo. El primer argumento a favor de la madera suele ser que da sensación de “hogar” y confort. Una gran ventaja es que es sustentable. Almacena dióxido de carbono de la atmósfera, y cuando se elabora de algún modo, sigue conservando ese CO2, algo bueno para el clima.

En materia de eficiencia energética, la madera no tiene nada que envidiarle a otros materiales. “La madera maciza logra buenos niveles de aislamiento por el modo de utilizársela al construir una pared. En algunos casos incluso se hace innecesario recurrir a aislantes adicionales”, comenta Oliver Mertens, que trabaja en una Asociación de Construcción especializada en Alemania.

“Es más, las paredes de doble tabique con núcleo aislante logran tan buenos valores de aislamiento que hasta llegan a superar los requerimientos de ahorro energético que existen en Alemania”, apunta el especialista.

Otro argumento a favor es que, en las casas de madera maciza, las paredes no irradian frío, con lo cual generan un clima interno agradable.

La construcción en madera puede ir muy bien con modelos prefabricados, sea en forma de tablones que se ensamblan en la obra o como paredes macizas. “Eso permite que la madera sea trabajada en seco y luego sea trasladada a la obra, algo muy bueno, que evita tener que extraer la humedad de la madera a posteriori”, explica Mertens.

Al mismo tiempo, esa es la gran desventaja que puede presentar la madera. Su mayor enemigo es la humedad, por eso hay que protegerla, tanto durante la construcción como después, para que no esté demasiado expuesta a los golpes climáticos.

“Las constructoras buenas suelen hacerlo con protectores constructivos de madera, no con impregnación de químicos”, advierte el especialista. “Además, es importante planificar la casa de tal manera que el agua no penetre en lugares sensibles y que pueda fluir bien”.

Otro punto a tener en cuenta es la protección contra el ruido. En el caso de la madera, tal vez se requieran medidas adicionales.

LA CASA DE LADRILLO

Las casas de ladrillo, siendo de la misma calidad que las de madera, son algo más económicas y más resistentes a fenómenos climáticos como las inundaciones, explica Ronald Rast, de una asociación de maestros de obra alemanes.

Los ladrillos pueden absorber el calor del sol durante el día y, en la noche, cuando la temperatura externa baja, liberan ese calor. “Ese efecto genera una reducción del consumo energético de hasta un diez por ciento anual”, apunta Rast.

Además, los ladrillos silicocalcáreos, de hormigón celular, de hormigón poroso y las tejas no liberan gases ni polvos.

Eso sí: los edificios de ladrillo suelen tener un problema de humedad. Los materiales como el hormigón, el revoque, la argamasa y el pavimento contienen mucha agua, es probable que en los primeros años tengamos una mayor humedad ambiente y que, en consecuencia, consumamor más energía para calefaccionar.

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