Adiós, Andy
Edición Impresa | 12 de Enero de 2019 | 04:06

El mundo del tenis perderá este año a uno de sus mejores jugadores: Andy Murray. El escocés de 31 años aseguró ayer, en una conferencia de prensa previa al Australian Open, que se retirará esta temporada porque ya no aguanta más el calvario que viene atravesando su dolor de cadera. Su sueño es poder hacerlo tras Wimbledon, aunque advirtió que al no estar en la mejor forma podría decir adiós meses antes.
“He venido soportando este dolor hace mucho tiempo, no estoy seguro de poder hacerlo por cuatro o cinco meses más. No estoy en gran forma”, comentó el tenis británico con los ojos llenos de lágrimas. “Puedo jugar, pero con limitaciones. Pero sentir esas limitaciones y el dolor que no me permite disfrutar de la competencia y del entrenamiento. Wimbledon es el lugar en el que me gustaría retirarme, pero no estoy seguro de llegar. Creo que hay posibilidades de que Australia sea mi último ”, agregó.
En el Australian Open debutará mañana ante el español Roberto Bautista Agut, un jugador que viene de tener un buen 2018 y arrancó el 2019 con un título. No será para nada fácil dicho encuentro para el escocés, menos en las condiciones en las que está, pero intentará imponer su experiencia para quedarse al menos con una alegría en días donde la tristeza ha ganado su cuerpo y su mente.
Murray comenzó a tener problemas en la cadera en la temporada 2017. El dolor en dicha zona fue cada vez mayor y, por eso, tras perder frente al estadounidense Sam Querrey en Wimbledon decidió parar. Hace un año anunció que se iba operar en Australia para poder regresar a pleno. La intervención sirvió poco y nada. Regresó al circuito el 19 de junio del 2018 y. desde aquel día hasta el momento, solamente pudo disputar 12 encuentros. El dolor siguió estando presente.
PUSO EN JAQUE A LOS MEJORES
Murray es uno de los pocos jugadores que ha podido poner en jaque los reinados de Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic. El 7 de noviembre del 2016, en su mejor temporada, alcanzó el número 1 del mundo y demostró que estaba para pelearle mano a mano a los mejores por mucho tiempo. Al año siguiente la lesión en la cadera le puso un freno.
Pero llegar a la cima del ranking no fue su único gran logro: ganó Wimbledon en 2012 y cortó una sequía de 77 años sin un campeón local en dicho Grand Slam, repitió el título en el All England en 2016, en 2012 se quedó con el US Open y en los últimos dos Juegos Olímpicos obtuvo la medalla de oro en la rama de singles. En total festejó 45 campeonatos ATP, entre ellos, el ATP World Tour Finals.
En la temporada 2015 fue el estandarte del equipo británico que obtuvo la Copa Davis luego de 79 años. Los ingleses, que años atrás lo miraron de reojo por ser escocés e independentista, se rindieron a sus pies por todos los logros conseguidos. Es, al menos hasta el momento, el mejor tenista británico de la Era Abierta.
Murray es reconocido en el mundo del tenis por sus defensas al límite, gracias a su potente físico (mide 1,90m) y a su capacidad de anticipación a los tiros del jugador rival. Pero, a su vez, posee un amplio repertorio de golpes que lo convierte en un tenista muy peligroso cuando tiene la posibilidad de atacar. En sus mejores momentos era muy difícil ganarle, inclusive para los mejores. No por nada logró quedar número 1 del mundo en un siglo donde muy pocos apellidos han podido llegar a la cima del ranking ATP.
Sobreviviente de una masacre
Murray, cuando tenía 9 años, salvó su vida de milagro: estuvo presente en la conocida “Masacre de Dunblane”, cuando un hombre de 45 años (Thomas Hamilton) ingresó a la escuela primaria de dicha ciudad escocesa y asesinó con un arma de fuego a 17 personas, 16 de ellos niños.
El tenista, que se escondió debajo de una mesa junto a su hermano Jamie (quien también juega al tenis), por muchos años no quiso hablar del tema públicamente y recién lo hizo en su libro autobiográfico.
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