¿Quién es Abel Campos, el principal sospechoso que se pegó un tiro en un hotel platense?
| 29 de Enero de 2019 | 14:03

Abel Casimiro Campos es el principal sospechoso de este aberrante femicidio que conmueve al país. Pero... ¿qué se sabe del imputado que se pegó un tiro en un hotel cercano a la plaza Malvinas de nuestra ciudad cuando la policía fue a buscarlo?
Aunque radicado en Lobería, Campos trabajaba en la sede central del IOMA, en La Plata, de lunes a viernes y viajaba a su ciudad para pasar los fines de semana. Por lo que cuentan los familiares de Gissella Solis Calle, ella supo que Campos mantenía la relación con su familia cuando llevaban casi tres años de noviazgo.
“El trabajo en el Departamento de Veteranos es muy duro. Lo tomamos con mucha responsabilidad y un compromiso que no tendría cualquiera. Tiempo atrás se suicidaron tres amigos y tuve un pico de estrés. Desde hace dos años soy diabético tipo B”, contó Abel Campos en una publicación que se hizo en 2015 para homenajear a los ex combatientes de Malvinas que integraban el Departamento de Veteranos que funciona en ese organismo público desde el año 2000. En aquella publicación explicaba que había elegido esa ciudad porque “me atrapó la paz de ese lugar para criar a mis dos hijos”.
Abel tenía radicado su domicilio en la casa de la odontóloga, pero a la vez se quedaba con su familia en City Bell. “Era como que triangulaba los lugares donde estaba, entre el departamento de la hija en La Plata, porque estudia en la universidad, la casa de mi hermana en Berisso y la casa de Lobería”, aseguró Roberto, el hermano de Gissella. Los investigadores tenían localizado otro sitio, un domicilio en 11 entre 481 y 481 bis, en City Bell, en un terreno en el que también residen su hermano, su padre y una sobrina. Esa propiedad fue registrada durante los primeros días de la investigación, sin resultados. También se hicieron procedimientos en la casa de la odontóloga y en la camioneta que usaba Campos. En la vivienda de Gissella se hizo la prueba de luminol, una técnica forense que consiste en esparcir en los distintos ambientes esa sustancia fluorescente, con un aerosol. En caso de haber manchas de sangre u otros rastros biológicos, aunque sean imperceptibles al ojo humano, se produce una reacción de tono azul. Fuentes oficiales explicaron que el peritaje dio “un falso positivo, que deja algunas dudas, porque una reacción de ese tipo se pueda dar ante alguna otra sustancia, como algún blanqueador usado para la limpieza”. De cualquier modo, los expertos suponen que en la casa de la mujer y en el vehículo del hombre “no se manipuló sangre”, lo que no quiere decir que no hayan sido escenarios de un delito.
Además seguían con mucho interés el aporte de un testigo que aseguraba haber visto a Campos el día miércoles en su camioneta amarilla, en una localidad cercana a La Plata, “donde él tuvo alguna vez una propiedad”, trascendió de un vocero con acceso a la causa. “Ahora soy un desastre para dormir: duermo 15 o 20 minutos y no más. Me levanto a mirar televisión, pero ya no puedo volver a dormir”, decía Campos hace poco más de tres años. Y remataba, haciendo referencia a su experiencia en las Islas: “No volví ni quiero volver a Malvinas, no tengo ninguna asignatura pendiente”.
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