Otro “poliladron”: robó mercadería mientras custodiaba un local asaltado

El dueño de un local de venta de accesorios de telefonía móvil que funciona en pleno centro platense (y a 100 metros de la Jefatura Departamental) se llevó una sorpresa doble: delincuentes se colaron en su negocio después de forzar una persiana, y el mismo policía al que pusieron a custodiar lo que quedó, sumó un poco más de inseguridad al asunto llevándose a su casa un parlante, informaron fuentes oficiales.

El oficial, que pertenece a la Local, fue identificado, desafectado de la fuerza e indagado, aunque recuperó la libertad porque devolvió lo que robó y el delito que le imputaron es excarcelable.

Esta historia (rara, aunque no insólita), comenzó en la madrugada del último miércoles con la irrupción de escruchantes (los que roban en ausencia de las víctimas) en un local de 12 y 59. Los ladrones robaron algo de mercadería y escaparon, lo que originó que el dueño del comercio radicara la denuncia en la comisaría Novena.

Pero a la causa le faltaba todavía un capítulo más, que el mismo comerciante aportó después de que se puso a mirar con detenimiento el material que había registrado una cámara de seguridad que está colocada dentro del negocio.

Ese dispositivo filmó el momento en que un policía ingresó en el comercio ya violentado y tomó un par de elementos, sin advertir que el ojo de la cámara había captado todos sus movimientos.

Desde el ministerio de Seguridad lo identificaron como Facundo Agustín Arribi, un oficial de la Policía Local que tiene 26 años y fue aprehendido en las últimas horas en la base operativa de esa fuerza, en 21 y 527.

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Por lo que se pudo establecer, después de que los ladrones escaparon y el 911 cursó el alerta del robo, un patrullero acudió a la escena y dejó a un policía Local de custodia para que la preservara hasta la llegada de los peritos.

Arribi habría aprovechado esa circunstancia para hurtar dos parlantes Mow de color negro, confirmaron desde Seguridad.

Este diario intentó tomar contacto con los responsables del negocio, pero prefirieron no hablar.

consecuencias

Después de ver la filmación, el comerciante fue a la base de la Policía Local y entregó el material. Enterado de la novedad, el fiscal Álvaro Garganta dispuso que el caso se caratulara como “hurto” -el imputado no violentó nada porque eso ya lo habían hecho los ladrones -, “agravado” por la condición de policía del responsable.

Una vez identificado el acusado, fue aprehendido en su lugar de trabajo y “devolvió” lo que se había llevado, indicaron fuentes del caso.

Además de los parlantes negros, los investigadores secuestraron la pistola reglamentaria nueve milímetros de la marca Bersa; 31 municiones de ese calibre con dos cargadores y una credencial a nombre de Arribi. También el chaleco blindado y el uniforme de la Local, el mismo que usaba cuando se llevó lo que debía custodiar.

El fiscal Garganta lo indagó y recuperó la libertad. No así su lugar en la fuerza. La Auditoría General de Asuntos Internos (AGAI) lo desafectó de manera inmediata.

Desde diciembre de 2015 hasta la fecha fueron apartados de la Policía provincial más de 11.500 agentes por distintas causas, muchos de ellos vinculados con delitos contra la propiedad.