Colamarino: “toda la carrera de Manu fue impensada”

Gabriel Colamarino fue entrenador de Emanuel Ginóbili en dos oportunidades. Primero lo tuvo en una etapa netamente formativa, en Infantiles y Cadetes de Bahiense del Norte, y luego fue parte del Cuerpo Técnico de Estudiantes de Bahía Blanca, ya en Liga Nacional.

Y precisamente, uno de los tantos puntos importantes dentro de la impresionante carrera de Manu, destacó las características que lo hicieron llegar al Olimpo de la liga más competitiva del mundo, pese a lo impensado de todo en aquel momento.

“De Manu se dudaba de que pudiera llegar a la Liga Nacional. Entonces toda su carrera fue totalmente impensada”, expresó Colamarino, recordando tiempos en los que el bahiense vivía a la sombra de sus hermanos (Leandro y Sebastián), y también a la de otro integrante de la Generación Dorada, Juan Ignacio “Pepe” Sánchez.

“Manu a los 15 años quedaba fuera de la Selección de Bahía. Pepe Sánchez era el mejor base de Argentina y un gran proyecto, y siempre competían entre ellos y ganaba siempre”, manifestó Colamarino. “Recuerdo que siempre que tenían una hora libre a la mañana del colegio, me llamaban a casa para ver si podían ir a tirar en pleno invierno y después volver al colegio. No era fácil manejar esa obsesión”, rememoró.

“Era competitivo a más no poder, en el buen sentido. Quería mejorar constantemente y él se medía con los mejores. Se pegaba un golpe y seguía insistiendo, pero nunca se puso por delante y siempre buscaba lo mejor para el equipo, algo que lo diferenció del resto durante su carrera”, añadió.

Sin embargo, Colamarino remarcó el punto de quiebre en la explosión del bahiense. “A partir de los 16 años su crecimiento fue abismal. Tenía una cabeza muy distinta al resto, y eso acompañado a que creció 18 centímetros en un año terminaron de empujarlo”, finalizó.

Lo cierto es que contra todos los pronósticos, el pibe que soñó desde chico poder jugar en la Liga Nacional como sus hermanos, a fuerza de carácter, determinación y una mentalidad sobresaliente, será recordado por siempre, transformándose, además, en el primer latinoamericano al que le retiran su dorsal en la NBA.