El avance de la ultraderecha jaqueó la campaña en España
Edición Impresa | 27 de Abril de 2019 | 03:00

MADRID
España cerró ayer la polarizada campaña de las elecciones legislativas de mañana entre los llamados del jefe de gobierno socialista Pedro Sánchez a evitar el ascenso de la extrema derecha, que ha revolucionado el panorama político del país y con la que los conservadores estarían dispuestos a gobernar.
Casi residual en la política española desde el fin de la dictadura de Francisco Franco en 1975, la extrema derecha podría entrar fuerte en el Congreso español con el partido Vox.
Con un lenguaje duro contra el separatismo catalán, la inmigración ilegal y el feminismo de la izquierda, los últimos sondeos daban a esta formación más del 10% de los votos -unos 30 escaños de un total de 350 en la Cámara baja- cuando en 2016 apenas cosechó un 0,2%.
Un escenario que los socialistas, favoritos en los sondeos, han empleado para movilizar a su electorado. Según advierten, podrían verse apartados por un eventual acuerdo entre el conservador Partido Popular, los liberales de Ciudadanos y Vox, como ya les ocurrió en su feudo de Andalucía a comienzos de año. “Esa certeza existe, de que si el próximo domingo suman las tres derechas, vamos a tener a Pablo Casado [del PP] de presidente, a Albert Rivera [de Ciudadanos] de acompañante y a la ultraderecha al mando”, lanzó Sánchez en un mitin en Madrid.
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Sánchez dijo esto horas después de que Casado dejara caer que está abierto a gobernar con Vox.
“Al final, Vox y Ciudadanos, tengan 10 escaños o tengan 40, van a tener la influencia que ellos quieran tener para entrar en el Gobierno o para decidir la investidura o la Legislatura. Por tanto, ¿para qué vamos a andar pisándonos la manguera entre nosotros, si lo que tenemos que hacer es sumar?”, dijo Casado en esRadio. “Tenemos que echar a Sánchez. Es una emergencia nacional”, abundó Rivera en el mitin de cierre, en Valencia.
Desde Madrid, Santiago Abascal, líder de Vox, advertía en tono tremendista que el domingo se decide “o la disgregación o la continuidad histórica de nuestra patria (...) o la anti-España o la España viva”.
Diez meses después de la moción de censura contra su predecesor conservador, Mariano Rajoy, Sánchez lidera todas las encuestas.
Pero la gobernabilidad es complicada en un Congreso dividido en dos grandes bloques: por un lado, socialistas del PSOE y Podemos, y por otro, Partido Popular, Ciudadanos y Vox. “Las sumas son muy improbables, tanto la una como la otra”, asegura Francisco Camas, de la encuestadora Metroscopia, por lo que los votos de los partidos regionales catalanes y vascos pueden ser clave.
Una posibilidad difícil pero no descartada del todo por Sánchez sería un acuerdo con Ciudadanos, contra lo que ha advertido Pablo Iglesias, líder de Podemos y deseoso de gobernar con los socialistas. “Es evidente que los poderes económicos y viejos sectores del Partido Socialista van a apostar por ese acuerdo”, lanzó Iglesias ante sus militantes. (EFE y AFP)
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