Pienso (la ciudad educativa), luego existo
Edición Impresa | 18 de Junio de 2019 | 01:44

Por: Mariano Penas
El título de la presente columna hace alusión a la célebre frase “Pienso, luego existo” escrita por René Descartes en su libro “Discurso del Método” (1637). Él, mediante el método deductivo creó un sistema en el cual la “duda”, que está siempre presente, se trata de llevar a la mínima expresión, generando así definiciones lo más exactas posibles para llegar a la inalcanzable “verdad”.
Entonces, sí aplicamos la deducción, que conlleva implícitamente un trabajo de campo y su consecuente toma de datos, para entender los “problemas” que aquejan a la Región, podremos ver con llamativa claridad que en el universo de la oferta educativa (pública y privada) estamos igual (o no hemos avanzado nada) que a mediados del siglo XX.
Las reglamentaciones provinciales en la materia, aún vigentes, con gran lucidez establecen que cada alumno debe concurrir al establecimiento educativo más cercano a su hogar, basadas en el sentido de pertenencia a una comunidad como así también en la eficiencia y eficacia en el “gasto” de recursos (transporte y tiempo, organización familiar, por ejemplo).
¿Por qué creo que estamos igual que a mediados del siglo XX? Para esa época en la ciudad de La Plata vivían dentro del Casco Urbano aproximadamente las dos terceras partes de la población total del Partido, y en consecuencia la proporción de establecimientos educativos era casi idéntica. O sea existía una distribución eficiente y eficaz de los establecimientos para poder cumplir con las normativas que en la materia aún hoy (reitero) están vigentes. Ahora, ¿qué ocurrió en estos casi setenta años con esta proporción? Ocurrió que, planificada o no y en base al último censo (año 2010), la población creció y se esparció por el territorio del Partido de la ciudad capital de la Provincia invirtiéndose la proporción que se daba a mediados del siglo XX. ¿Qué significa esto? Significa que dos tercios de la población del Partido de La Plata viven fuera del casco, quedando el tercio restante dentro del “cuadrado perfecto” ideado por Dardo Rocha y Benoit.
En el estudio realizado por el Laboratorio de Desarrollo Sectorial y Territorial de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata a solicitud de la “Cámara La Plata Oeste” (CALPO) se expresa con rigor científico: “Entre los dos últimos censos, la Zona La Plata Oeste evidencia un crecimiento de su población del 23%, muy por encima de lo registrado a nivel Partido (14%) y Provincia (13%). Sí tales tasas de crecimiento se mantuvieran entre el año 2010 y la actualidad, La Plata estaría habitada por más de 720.000 personas, de las cuales casi 225.000 residiría en la zona Oeste. De esta forma, la zona La Plata Oeste pasaría de explicar el 29% de la población total del municipio en el año 2010 a un 31% en el año 2017. Dentro del Partido, la población de eza zona La Plata Oeste tiende a constituirse por personas más jóvenes que en el resto del municipio ya que el 28% poseen menos de 14 años, mientras que en el resto de La Plata esta cifra es del 19,7%.
Es por eso que la Zona La Plata Oeste agrupa casi el 37% de los jóvenes del Partido, mientras que 8 de cada 10 adultos mayores de 65 años reside en el resto de La Plata. El nivel de analfabetismo si bien es bajo, duplica los valores del total La Plata. En la Zona La Plata Oeste reside el 29% de los habitantes que asisten a establecimientos escolares y el 53% de los que nunca asistieron.-
Entonces, en base a lo expuesto, llegamos a las siguientes conclusiones: 1º) Dos tercios de los establecimientos ubicados en el Casco Urbano existen para que sean utilizados solamente por un tercio de los vecinos de la Ciudad; y 2º) De muchos años a esta parte No se percibe planificación alguna para que el acceso a la educación de calidad sea una realidad para todos los platenses en forma equitativa.
Pensemos entonces para luego existir, y volvamos a los principios pilares de la fundación de La Plata para así obtener nuevamente el reconocimiento como “la ciudad del conocimiento”.
(*) Director de la fundación Ciencia+Democracia
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