El servicio de recolección de residuos en la Ciudad

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La instalación de un centenar de contenedores de residuos en el triángulo formado por las plazas Italia, San Martín y Moreno, en un área a la que se incorporarán las correspondientes a los llamados corredores gastronómicos, implicará el primer paso para la inauguración de un nuevo sistema de recolección en la Ciudad, un servicio que, a todas luces y tal como lo corroboran los múltiples reclamos vecinales, se ve afectado por fallas y omisiones en la prestación que se brinda, tanto en el centro como en zonas de la periferia.

Tal como se explicó oficialmente, el nuevo sistema de contenedores corresponde a los llamados residuos húmedos, mientras que la basura seca o reciclable continuará con el antiguo método de recolección, y deberá colocarse en los tradicionales cestos de basura durante la mañana.

Desde la Comuna señalaron que se aguarda que antes de diciembre próximo se hayan instalado unos 200 contenedores, para continuar el año siguiente con la expansión que supondrá la segunda etapa. Asimismo, ya fueron presentados los camiones que operarán en este tramo de la nueva concesión del servicio. También se detalló que los contenedores ya cuentan con lugares asignados en distintas cuadras céntricas y, según se adelantó, no siempre estarán en las esquinas.

La ocasión es oportuna para señalar que la indisciplina existente en torno al manejo que se hace de la basura, en la que comparten incumplimientos o malas gestiones muchos vecinos y la empresa a cargo de la recolección de residuos, afecta desde hace muchos años a la convivencia y a la calidad de la vida urbana.

Así, puede hablarse de incumplimientos o fallas habituales en la tarea de los camiones recolectores. Por ejemplo, de que el paso cotidiano del servicio de recolección deja atrás un reguero de residuos, a raíz de la aplicación del sistema denominado “arrime” que, en la práctica, se convierte en una suerte de festín para centenares de perros callejeros.

El “arrime” es un procedimiento llevado a cabo por los recolectores, consistente en amontonar las bolsas en las esquinas para facilitar, luego, su carga ulterior en los camiones. Como transcurren varios minutos de diferencia entre esas operaciones, se sabe que los perros aprovechan para romper las bolsas y hurgar en busca de comida. El resultado es que, todos los días, en la mayoría de las calles quedan residuos esparcidos.

Este problema, así como otras deficiencias funcionales en el servicio de recolección, resultan por demás conocidos y, sin embargo, no se ha hecho nada para resolverlos. Al mismo tiempo, muchos vecinos incumplen con los horarios para colocar la basura, otros no disponen de cestos y dejan las bolsas en cualquier lugar.

Es innegable que no se ha logrado inculcar en la población principios de convivencia elemental, de modo que cada vecino conozca y valore la mejor forma de mantener y usar a los espacios que son públicos. No son pocas las personas que -diariamente y con una desaprensión realmente llamativa- arrojan residuos frente a cualquier propiedad ajena y contribuyen así a que se formen basurales.

Está claro entonces que –al margen de toda valoración sobre el nuevo sistema que se implementará ahora- hace falta un mayor compromiso de la Comuna y de los vecinos para alcanzar un mejor manejo de la basura y mayores niveles de limpieza en la ciudad. Pero, también, corresponde señalar que resulta necesario irradiar en la población principios de tipo educativo sobre la importancia de valores tales como la higiene y mejor calidad de vida urbana, que se ponen en juego todos los días en torno a la recolección de residuos.

 

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