Guzmán habló de “buena fe”, pero los acreedores pidieron más precisiones

El ministro de Economía, Martín Guzmán, pidió ayer a empresarios, banqueros e inversionistas tenedores de bonos “buena fe” en la negociación por un posible acuerdo para la reestructuración de la deuda argentina en dólares, aunque no les dio precisiones sobre en qué consistirá la oferta que presentará. En tanto, hoy se reunirá por primera vez con el FMI.

Fue en el marco de un desayuno a puertas cerradas en la sede de Nueva York del Council of Americas, en lo que fue el primer encuentro con inversionistas luego de que se anunciara el envío al Congreso un proyecto para restaurar la sostenibilidad de la deuda pública externa del país.

Del encuentro participaron hombres de negocios con intereses en Argentina. Según algunas estimaciones, al desayuno asistieron los tenedores de títulos de aproximadamente el 40 por ciento de la deuda del país. Por eso, la exposición de Guzmán había generado mucha expectativa por parte de la comunidad internacional que busca precisiones sobre los próximos pasos que dará la Argentina y en particular la provincia de Buenos Aires.

“Nos fue muy bien” es lo único que el ministro expresó ante los medios de prensa presentes en el lugar, donde trascendió que Guzmán reafirmó la fecha del 31 de marzo como tope para la negociación de la deuda externa.

Según lo trascendido por fuentes que presenciaron el evento, las palabras “buena fe”, “plan integral” y “consistencia” fueron de las más utilizadas por el economista platense durante su exposición, si bien los inversores se quedaron con ganas de conocer detalles de cuál será ese plan integral.

Inquietud

En esa línea. la principal inquietud de quienes asistieron al encuentro, según trascendió, se centró en la falta de precisiones de la extensa exposición de Guzmán ya que no tuvo números concretos ni sobre el plan del Gobierno ni sobre eventuales condiciones de una oferta.

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“La única novedad que trajo ese proyecto fue fijar las comisiones que cobrarán los bancos, que todavía no designaron”, dijo un representante de un fondo inversor.

“La situación de Argentina es crítica, el país enfrenta una profunda crisis de deuda”, repitió Guzmán, a tono con lo expresado durante las conferencias de prensa brindadas en el país.

El evento consistió en un desayuno en donde la anfitriona Susan Segal remarcó que se realizó a sala llena, con la participación de 45 asistentes, entre los que estuvieron el empresario Eduardo Eurnekian.

Fue en paralelo al anuncio que hizo la provincia de Buenos Aires de una mejora en su oferta para los tenedores del bono BP21, al decidir adelantar el pago de intereses por U$S 7 millones si consigue la mayoría necesaria para diferir los plazos del título, lo que fue interpretado por muchos en los mercados como un mensaje de “buena fe” de la provincia, y “un acto coordinado con la Nación”. (Ver pág. 5)

En ese marco, trascendió que Guzmán habría afirmado en el encuentro que Buenos Aires sólo consiguió el 26 por ciento de aceptación de la propuesta que hizo el gobierno de Axel Kicillof a bonistas.

Guzmán disertó en un día que resultó malo para los papeles argentinos: los bonos de la Argentina caían hasta 10 por ciento, los ADR , títulos de firmas locales que cotizan en Wall Street caían 7 por ciento, y el dólar contado con liquidación superaba al dólar solidario (ver pág. 6).

“Paciencia”

En el encuentro trascendió que Guzmán pidió “paciencia, y sobre el plan económico en particular el ministro respondió que la prioridad del país es salir de la crisis y poner la economía en funcionamiento para después encarar el pago de las obligaciones”.

Con el FMI, con quien hoy se reúne el ministro de Economía, se trata de un crédito pautado inicialmente por U$S 57.000 millones, de los cuáles fueron finalmente desembolsados al país unos U$S 44.000 millones, y donde los fuertes vencimientos comienzan el año próximo.

El encuentro de ayer era considerado clave para conocer cómo seguirá sus pasos el gobierno de Alberto Fernández con respecto al tema de la deuda. En Wall Street temen que siga la estrategia de Buenos Aires, dejar pasar el tiempo y, una vez cercana la fecha límite del 31 de marzo, presentar una propuesta agresiva contrarreloj, con poco margen para ser discutida y negociada.

En la previa al viaje del ministro a Estados Unidos, el jefe de Estado, quien iniciará una gira por Europa para conseguir un aval político en las negociaciones que encarará la Argentina con el Fondo Monetario Internacional, expresó el fin de semana que el país necesita una “definición medianamente rápida” sobre la deuda externa, y ratificó a Guzmán como el único vocero autorizado.

Según estimaciones, al encuentro fueron tenedores del 40% del total de la deuda argentina