Detuvieron a un jefe policial y a dos oficiales acusados de cobrar coimas

Con una mecánica parecida a la que hace más de 4 años develó la trama de corrupción que acertó un uppercut a la cabeza de la policía de La Plata, otros tres efectivos de la fuerza fueron detenidos ayer por una suma de dinero hallada dentro de un sobre, en una dependencia policial y, al parecer, sin causa justificada, informaron fuentes oficiales.

A diferencia de aquel escándalo que estalló en 2016 y terminó con 8 jefes condenados (ver aparte), el de ayer no tuvo como escenario la sede de la Jefatura Departamental La Plata, en pleno centro, sino a la subcomisaría La Unión, en 137 entre 524 y 525, una dependencia que de no ser por el escudito en la fachada y el rejunte de autos y motos secuestradas, cualquiera confundiría con un chalecito de barrio.

Apariencias al margen, por su jurisdicción y alcance esta seccional ha intervenido en los últimos años en varias causas “picantes” de narcomenudeo y crímenes entre bandas enfrentadas por el control del asunto.

No trascendió si el presunto pedido de coimas por el que fueron detenidos el jefe de la subcomisaría y dos oficiales del servicio de calle tiene que ver con este negocio, pero si la justicia tira del hilo “es posible que se asomen otras conexiones”, reflexionó un vocero que conoce muy bien la zona.

La investigación comenzó con la denuncia que una mujer radicó en las últimas horas en la UFI 5 a cargo de Juan Menucci, en la que reveló que policías de la subcomisaría La Unión le pedían 300 mil pesos, supuestamente para no implicarla en una causa. Ella habría entregado 200 mil, pero “no llegaba a juntar el resto y les propuso darles todo lo que tenía”, 35 mil pesos, apuntó la misma fuente. Entre una cosa y otra decidió que lo mejor era recurrir directamente a la justicia. Este diario la identificará por sus iniciales, R.A.

billetes marcados

El fiscal le dio intervención a la Auditoría General de Asuntos Internos del ministerio de Seguridad, que acondicionó los billetes y documentó sus números con fotocopias, antes de ponerlos en un sobre que le dieron a la denunciante.

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Menucci supervisó todo el procedimiento que precedió al ingreso de R.A a la subcomisaría, supuestamente para entregar el dinero pactado.

De incógnito, el personal de Asuntos Internos y de la fiscalía esperó unos minutos afuera, hasta que por fin entró en la seccional y se dirigió directamente a la oficina del Grupo Técnico Operativo (GTO), donde estaban el oficial subayudante Juan Pablo Tatarsky y el oficial subayudante Matías de Cicco, según detallaron en el reporte del caso.

Tras revisar el lugar encontraron “detrás de un mueble el dinero que había sido previamente fotocopiado y certificado por la fiscalía”, informaron fuentes del caso, pero como la denunciante reveló que también se habrían quedado con su teléfono celular, la comitiva continuó la recorrida hasta el despacho del titular de La Unión, el subcomisario Gastón Lascano.

“El teléfono estaba en el cesto de basura”, agregaron los voceros, por lo que el fiscal ordenó detener a los dos policías del GTO y al jefe de la dependencia, sospechados del delito de “cohecho activo”.

Todos fueron trasladados a la comisaría Primera, en el centro de La Plata, para que desde ahí los lleven hoy a las fiscalías donde serán indagados. Además del titular de la UFI que instruyó la causa participó de la comitiva el Director General de Asistencia Operacional de la AGAI, el Comisario Mayor Rubén Noli, con quienes se entrevistaron luego las autoridades de la policía en La Plata.

Para los tres acusados se dispuso la inmediata desafectación de servicio de la fuerza.

En la causa aparece también mencionado otro policía que integra el GTO, pero por el momento no se “adoptó en su contra ninguna medida disciplinaria ni administrativa”, al menos hasta que se clarifique si tuvo alguna participación en la maniobra.

Con la subcomisaría La Unión literalmente descabezada y sin oficiales de calle, las autoridades designaron como titular al comisario Daniel Alejandro Caro.

En jurisdicción de La Unión se encuentra uno de los puntos de narcomenudeo más calientes de la Región, conocido como La Palmera, donde es habitual que bandas antagónicas diriman sus conflictos a tiros para controlar el territorio.