Denuncian trabas para la importación de libros españoles argumentando la calidad de la tinta
| 5 de Octubre de 2020 | 10:30

Aunque el argumento es analizar la calidad de la tinta con la son confeccionados, la hipótesis más fuerte es que todo responde a la falta de dólares que impulsaron al Gobierno a implementar un súpercepo. Lo cierto es que en el último tiempo se viene registrando un parate en la importación de libros impresos en España, país que tiene en la Argentina su principal mercado exportador.
Según publica hoy el diario El País de España, a los importadores de libros en Argentina se les está pidiendo que si son más de 500 ejemplares es necesario someterlos a un análisis químico en búsqueda de materiales pesados en la tinta, como el plomo. Y si la cantidad es menor, el permiso que antes salía en una semana ahora puede demorar meses, con suerte.
"Es claramente una medida interior para ahorrar divisas", señala un distribuidor e importador argentino que prefirió el anonimato, quien recordó que durante el último gobierno de Cristina Kirchner, en el que rigió un cepo cambiario, se implementó una medida de estas características.
La situación causó preocupación en España, ya que Argentina es el principal destino de las exportaciones literarias con un 35% y una facturación anual que en 2018 se ubicó en el orden de los 73 millones de euros.
"Desde 1995 una directiva europea prohíbe la utilización del plomo y otros componentes tóxicos para las tintas", afirman desde la Federación de Gremios de Editores de España.
Esta medida calificada de tipo restrictiva favorecería a las grandes editoriales, algunas de las cuales podrían llegar a imprimir en nuestro país, siempre sujeto a los costos, y perjudica a las más pequeñas. Pero además del económico, también existe un perjuicio de tipo cultural, ya que frente a este escenario es muy probables que empiecen a faltar títulos y autores que difícilmente sean editados en la Argentina,
"Nuestro distribuidor nos recomendó ya hace unas semanas que paráramos un envío", comentó el director general de una editorial española.
Y la situación es más preocupante con los libros infantiles, los cuales por la magnitud de la tirada "suelen hacerse en el mercado asiático", algo que según creen difícilmente podría ser absorvido por las imprentas locales.
Si bien formalmente en la cámara que nuclea a las editoriales españolas no han recibido hasta el momento una queja, no descartan "pedir alguna gestión diplomática" por considerar que las medidas argentinas "violan toda normativa internacional".
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