Las secuelas tras el COVID-19, un territorio con incógnitas

Pocos de los recuperados en el país se hacen testeos, sobre todo si tuvieron cuadros leves o moderados. Hay varios efectos posteriores a la enfermedad en estudio

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La mayoría de los recuperados del coronavirus no se hacen chequeos post COVID-19, aunque son muchos los que reportan la persistencia de síntomas como cansancio, pérdida de olfato y gusto o dolores articulares, entre otros.

Mientras tanto, en el plano internacional son muchos los estudios en marcha que tratan de determinar la relación del coronavirus con algunos problemas posteriores en la salud cardiovascular y hasta en el oído.

En nuestro país no hay un seguimiento posterior al virus ordenado por el Ministerio de Salud de la Nación para conocer el impacto en el cuerpo de quienes superan la enfermedad. Y aunque la mayoría d elas prepagas y obras sociales ofrecen un servicio puntual para examinarse después de la recuperación son muy pocos los que los usan.

Entre tanto, la consulta a recuperados de distintos puntos del país muestra que muchos de los que superaron la enfermedad se quejan de secuelas como la baja energía, el cansancio, el desgano, los mareos temporales, dolores en las articulaciones o disminución del gusto y el olfato.

Desde distintas provincias, los afectados consultados volvieron a recordar la necesidad de mantener las medidas de prevención, como el uso de barbijo, extremar la higiene y el distanciamiento social porque aseguran que “fue horrible” y se trata de “un virus bravo”.

En Córdoba, por caso, Marcelo Damián Ramírez, de 54 años, contó que los contagios afectaron a todo su familia, su esposa y 3 hijos, tras lo cual él pasó “5 días con un poco de fiebre y el panorama se complicó”.

“Me comenzó a faltar el aire y decidieron internarme. Nunca llegué a tener respirador artificial pero sí me pasaban oxígeno. Pensé que me moría”, relató

Y, agregó: “Tras recibir el alta hace 3 semanas todavía me siento con muy poca energía, ya sin dificultades para respirar, pero con todo el cuerpo pesado, desganado y con algunos mareos temporales”.

“Me dijeron los médicos que son síntomas que pueden permanecer un tiempo, aunque por suerte no se me agrava y noto una leve mejoría día a día. Realmente es algo que no le deseo a nadie”, concluyó.

En Santa Fe, la profesora universitaria de Latín, Gramática del Español e Historia de la Lengua, Jimena Morais, pasó 5 días en cama, con mucho dolor y gran decaimiento y no pudo trabajar ni siquiera en modalidad virtual.

“Ahora toso mucho al hablar, ya volví a las clases por Meet, y termino con taquicardia. Toso tanto que me da calor, se me acelera el corazón y después me lleva un rato largo estabilizarlo. Es horrible, pese a que no tengo enfermedades previas, nunca fumé, siempre hice algo de gimnasia”, contó Morais.

En la ciudad de Neuquén, Roberto Azlan, de 27 años, sospecha que se pudo haber contagiado “en el colectivo” porque usa “ese medio de transporte para ir a trabajar” y relató que sus primeros síntomas fueron “dolor de cabeza, dolor de cuerpo y fiebre”.

A un mes de haberse recuperado en su casa con un “puff con salbutamol durante tres días”, afirmó que “aún me cuesta respirar y no pude recuperar el gusto y el olfato”.

 

Algunos síntomas que permanecen

❑.- Cansancio

❑.- Pérdida de olfato

❑.- Pérdida del gusto

❑.- Dolores de articulaciones

❑.- Mareos temporales

❑.- Desgano

 

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