Algo de paz: La pequeña mejoría sostiene a un ciclo que continúa en discusión por la pobre campaña

Llegar hasta el final del torneo ya es el gran objetivo para el “Chavo” Desábato

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Por MARTÍN MENDINUETA

@firmamendinueta

El presente futbolístico albirrojo se ha vuelto tan aciago que no sólo permite, sino también alimenta, múltiples rumores sobre un futuro repleto de incertidumbre. La dureza de los cachetazos recibidos en materia de resultados hizo que, si bien el presidente viajó a Rosario y se metió en el vestuario perdedor para respaldar al cuerpo técnico, no sean pocos los que elucubran sobre la fecha de vencimiento del ciclo.

En Estudiantes la mayoría de las decisiones suelen elaborarse acompañadas por un halo de misterio. Así lo prefieren sus directivos. Cuanto más hermético sea el proceso, mejor. Tal vez por eso genere sorpresa que, por estas horas y a pesar de la pequeña mejoría evidenciada por el equipo ante Racing, hasta un apellido en particular ya esté circulando por diferentes ámbitos pinchas como el elegido para la nueva gran apuesta.

Lo concreto es que mientras el almanaque 2020 gasta sus últimas páginas, el “Chavo” pelea. Sigue peleando. Con lo que tiene y a pesar de lo que le falta, lucha por construir los buenos momentos que le permitan seguir siendo el director técnico del equipo que marcó para siempre su carrera como futbolista. Lejos de entregarse, el último domingo por la noche elevó el tono de su optimismo y enfatizó sobre el repunte en el funcionamiento general. Lo consideró muy valioso.

LOS TRIUNFOS NO NECESITAN RESPALDO

Es cierto que hubo una mejora apreciable, especialmente durante el segundo tiempo. Estudiantes terminó incomodando a la formación alternativa que plantó en cancha Sebastián Beccacece, pero todavía le falta lo más importante: ganar. Lo único diría el Dr. Bilardo. Los triunfos disimulan defectos, maquillan imperfecciones y modifican drásticamente los estados anímicos. Mientras eso no ocurra, las quejas permanecerán a la orden del día.

Sin victorias se vuelve más notorio que el equipo defiende mal por las bandas, que Guzmán, cuando sale a tomar lejos de su área deja al fondo muy expuesto, que “Tití” Rodríguez sigue disperso y entregando sólo migajas del desequilibrio que se espera; que Darío Sarmiento, aún con todos los atenuantes permitidos, no está aportando mucho; que David Ayala tiene un talento enorme, pero no puede hacer todo y necesita ayuda... Las enumeradas y algunas cuestiones más confluyen para mostrarlo como una estructura colectiva demasiado endeble.

Mañana lo espera otra dura prueba. Defensa y Justicia está rápido, afilado y hambriento. Empatar le servirá poco a Estudiantes y todavía menos al “Chavo”. Ahora, el gran objetivo del cuerpo técnico es llegar en funciones al final del torneo, y para eso se vuelve indispensable escriturar la primera victoria del ciclo.

Algo debe quedar claro. Los costos por tan floja campaña no le serán facturados únicamente a Desábato y a sus colaboradores. La comisión directiva sabe que el disconformismo generalizado también la daña. Decisiones tomadas y derrotas acumuladas en el área fútbol profesional conforman el principal déficit de una gestión comandada, curiosamente, por dos grandes ex-futbolistas de la institución.

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