“El precio de la verdad”: las aguas bajan turbias

Tras impulsar su producción y conseguir a Todd Haynes para la dirección, Mark Ruffalo protagoniza la cinta que denuncia la falta de regulaciones sobre la industria química y la incidencia de los plásticos en nuestras aguas

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El abogado Rob Bilott llevaba años defendiendo a las corporaciones de la industria química, lejos de su pueblo natal, cuando un granjero de la familia Tennant lo llamó con la premisa de una película de terror: de la noche a la mañana su ganado había comenzado a mutar. Las babas blancas caían de sus fauces, el cabello de les caía, aparecían en sus pieles todo tipo de lesiones. Y morían. Un becerro negro, incluso, murió con los ojos transformados en un azul eléctrico digno de los Caminantes Blancos de “Game of Thrones”.

Pero “El precio de la verdad”, nueva cinta de Todd Haynes protagonizada por Mark Ruffalo que llega el jueves a las salas locales, es una cinta basada en una historia real: por lo tanto, lejos de existir una explicación fantástica, la responsabilidad parecía residir en el escurrimiento de agua proveniente del vertedero de una fábrica propiedad de la megacorporación DuPont. Pero cuando Bilott, encarnado en el filme por Ruffalo, comenzó a investigar, descubrió una verdad mucho más oscura.

Es la segunda vez que Ruffalo se enfrenta en el cine a la corporación DuPont, tras recibir un balazo del heredero del imperio en “Foxcatcher”, donde interpretó al luchador Dave Schultz. También es la segunda vez que el actor, un ecoactivista comprometido, protagoniza un filme de denuncia, tras ser parte del elenco de ”Spotlight”, que comparte productora, Participant, con “El precio de la verdad”. El que no encaja del todo en la ecuación es Haynes: ¿qué hace el director de “Carol” o “Velvet Goldmine” dirigiendo un thriller corporativo de denuncia basado en una historia real?

Cuenta la leyenda que Ruffalo leyó los artículos que contaban la historia de aguas contaminadas por plásticos eternos y quiso saber más: se acercó entonces al propio Bilott para realizar una película, y luego acercó una primera versión de la historia a Haynes. Para el actor, la película no debería centrarse en los aspectos de la intriga corporativa, sino en el camino del héroe.

“Me parece que, para ser un héroe, vas a tener que hacer frente a una fuerte oposición, y procedente a veces de todas partes”, explica Ruffalo, en referencia al protagonista, Bilott, que de defender a las grandes corporaciones de la industria cambia de bando para destapar una conspiración causante de enfermedades y muerte.

“Ese es un verdadero viaje del héroe”, agrega Ruffalo. “Además, es una estupenda forma de contar historias. Cuanto más poco a poco puedas incorporar esas complejidades, mejor será la historia, y mayor será el logro cuando nuestro héroe consiga hacer lo que se proponía. Al principio, Rob cree sinceramente que las corporaciones son personas y en el concepto de su autogobierno. Está convencido de que debe tratarse de un simple descuido. Lo que acaba pasando es que descubre esa contaminación y encubrimiento, perpetrados por DuPont, que abarcan 40 años”.

“La película tiene una relevancia crucial para lo que está sucediendo: hemos visto cómo desmantelan sistemáticamente las regulaciones medioambientales”

Todd Haynes,
director

 

HAYNES, FUERA DE LA CAJA

Artista y como persona comprometida con el medio ambiente con una perspectiva global, Ruffalo sentía que una película sobre la lucha de Bilott podía representar una convergencia de su dedicación a su oficio y al medio ambiente. Fue él quien contactó a Bilott, luego sumó a los productores y, finalmente, envió un guión preliminar a Haynes, en 2017, cuando el director estaba terminando “Wonderstruck”.

Una elección fuera de la caja, aunque Haynes había contado historias de contaminación del medio ambiente como “Safe” y “Poison”. “‘El precio de la verdad’ no encaja exactamente con el tipo de películas con las que se me suele identificar, pero resulta que es una película de un género, el cine de informantes, a falta de una definición mejor, que siempre me ha encantado”, comentó Haynes al respecto, que cita películas tan emblemáticas como “Todos los hombres del presidente” y “El dilema” como algunas de sus favoritas.

En la cinta, un abogado descubre los efectos silenciados de un plástico

 

Y describe el viaje del héroe como un camino de la oscuridad a la luz: “Algunas de mis películas favoritas dentro del género de filmes con figuras denunciantes tienen algo en común: casi siempre están basadas en historias reales y, ya sea que tengan un punto de vista periodístico o traten sobre personas reales trabajando en una planta nuclear o sean dramas legales, como en varias de las fantásticas películas de Sidney Lumet, siempre hay personas en el centro de los relatos que no saben lo que están a punto de dejar al descubierto. Están en la oscuridad y el espectador los acompaña, observando las cosas mientras tienen lugar. Luego, a medida que comienzan a pensar qué hacer, de manera invariable aparece ese efecto escalofriante, cuando empiezan a sentirse alienados de sus comunidades, familias y compañeros laborales. No es una tarea sencilla enfrentar el status quo y eso fue absolutamente cierto también en este caso”.

Haynes acepta que no cree en la idea algo ingenua de que el cine puede cambiar al mundo, aunque si piensa que el cine puede ayudar a generar conciencia sobre algunos problemas.

Y en ese sentido, afirma que “la película tiene una relevancia crucial para lo que está sucediendo ahora mismo en nuestro panorama político, en nuestro panorama medioambiental, en nuestro panorama legislativo. Hemos estado viendo cómo desmantelaban sistemáticamente las regulaciones medioambientales relativas al agua, el aire, las especies en peligro y, por supuesto, el cambio climático, así que ahora mismo todo está en juego. Es urgente que esta película llegue al mercado y que la gente pueda empezar a hablar del tema, descubra la historia y lo vea a través de la experiencia de los propios individuos que hicieron que todo esto sucediera”.

 

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