La importancia de un diagnóstico precoz
Edición Impresa | 24 de Abril de 2020 | 01:24

Por CAROLINA JOYCE (*)
Las funciones mentales superiores son las que nos permiten desenvolvernos en forma consciente, independiente y racional en el transcurso de nuestra vida, tomar decisiones y relacionarnos con el resto del mundo. Estas funciones son la atención, la memoria, el lenguaje, funciones para ejecutar una acción o un plan, poder organizarnos y otras, todas ellas forman parte de nuestra vida cotidiana.
Cuando alguna de ellas se altera comienza una falla en nuestro desempeño intelectual o social o ambos, a lo cual se lo ha denominado Deterioro cognitivo que puede reflejarse en pequeñas fallas de memoria, cambios de conducta como intolerancia, apatía, irritabilidad, trastornos en ánimo, y dificultades en el lenguaje, siendo estos algunos de los indicios que pueden alertar que algo está sucediendo en nuestro cerebro y debemos evaluar qué pasa. Muchos de ellos nos indican la región del cerebro afectada, por ejemplo, cuando hay cambios notorios en la conducta como los descriptos anteriormente uno supone que el lóbulo frontal podría estar afectándose.
El diagnóstico de este deterioro debe realizarse en forma temprana, ya que contamos con tratamientos farmacológicos y entrenamiento o rehabilitación cognitiva que dependerá de la intensidad o gravedad del déficit.
Así entonces, cabe destacar que un alto porcentaje de personas adultos mayores presentan quejas cognitivas, que pueden ser relatadas por ellas mismas o bien por su familia o entorno social.
Lo que se recomienda siempre es consultar, para comenzar a evaluar mediante exámenes de laboratorio, imágenes cerebrales y evaluaciones neurocognitivas con el propósito de encontrar su causa, ya que muchas de ellas pueden ser reversibles, como lo son efectos de drogas o trastornos en el metabolismo con déficit de algunas vitaminas o nutrientes, trastornos en la glándula tiroides, que pueden generar el déficit
Más allá de conocer la causa de este déficit, que debe realizarse de la forma más temprana posible, es importante, de acuerdo a su origen, saber a qué nos enfrentamos, es decir saber si es el comienzo de un cuadro más severo como una demencia o bien si permanecerá el déficit estable durante largo tiempo. El poder predecir la evolución o el avance se lo denomina pronostico.
Por esta razón es de suma importancia la contención familiar, la organización del hogar del paciente, con quien convive, para evitar que el mismo se resienta en su estado anímico o tenga frustraciones al reconocer, si así lo hiciera, la disminución de sus habilidades intelectuales o los cambios en su carácter, así como también cuidar su seguridad y la de terceros en el hogar.
Cada paciente es único, por lo cual su enfermedad será única y su tratamiento también. Por lo tanto, debe realizarse el abordaje de su problema en forma personalizada, teniendo en cuenta las dos facetas de tratamiento: la farmacológica y la estimulación cognitiva, sin olvidar que más allá de la biología que tanto amamos y estudiamos, cada ser humano tiene una esencia que lo define como persona y cuando existe este tipo de patologías es importante estimularlas, tratar de rescatar las fortalezas y afectos que marcaron su vida, aunque sus funciones intelectuales no sean las mismas que tiempo atrás.
(*) Dra. Especialista en Neurología M.P 1138 53
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