¿Cómo impactaría volver a la fase 1 de la cuarentena en La Plata?
| 11 de Junio de 2020 | 13:31

Las declaraciones del presidente Alberto Fernández sobre el crecimiento de contagios de coronavirus en el AMBA, que incluye al Gran La Plata, y la posibilidad de retrotraer la cuarentena a fases previas, la fase 1 inclusive, encendió las alarmas en todos los sectores de la población por lo implicaría volver a ajustarse a restricciones aún más duras que las que rigen en la actual fase 3. En este marco, destacados investigadores platenses consultados por este medio se refirieron al presente de la Región frente a la pandemia y a posibles alcances que tendría la implementación de una medida como la que evalúan las autoridades sanitarias.
"Una de las cosas que tenemos en cuenta es la velocidad de contagio, que hoy es la más alta que hemos tenido desde el día cero, con lo cual, en verdad, tendríamos que estar en la fase 1, la cuarentena absoluta. Hay una serie de reclamos, todos legítimos, que piden levantar la cuarentena. Eso multiplica el riesgo", dijo ayer el presidente en declaraciones radiales. En tanto que las autoridades sanitarias bonaerenses, con le ministro Gollán a la cabeza, vienen advirtiendo por un eventual colapso de camas en los hospitales para el mes que viene. Tanto en el país como en la Provincia, por estos días el foco está puesto en la evolución del virus y de ello dependerá qué medidas se tomen.
Para refrescar, las restricciones de la fase 1, implementadas entre el 20 y el 31 de marzo, sólo permitieron el funcionamiento de actividades esenciales (salud, seguridad y algunos rubros comerciales como supermercados, farmacias, ferreterías, artículos de limpieza y veterinarias). En tanto que conllevaron la completa restricción de la circulación de los ciudadanos; impedimento para desplazarse por rutas; cierre total de fronteras por vía terrestres, marítima y aérea; suspensión del transporte público de pasajeros, bancos, servicio de cobranza e impuestos; y prohibición de todas las actividades recreativas, físicas y de esparcimiento.
En este marco, consultada por EL DIA, la infectóloga de la UNLP Silvia González Ayala advirtió que actualmente la mirada está puesta mayormente en los barrios populares. Teniendo en cuenta el incremento de la curva durante las últimas semanas, la profesional sostuvo que "veníamos con 200 casos por día y cuando el virus entró a barrios vulnerables con necesidades insatisfechas creció notablemente y estamos teniendo mil casos". No obstante, a nivel general, sostuvo que, más allá de volver a una etapa anterior o permaneciendo en la fase 3, "el virus está circulando", por lo que "hay que cuidarse, cada uno se tiene que cuidar". Y en ese sentido, advirtió que en una ciudad de la envergadura poblacional de La Plata, un punto a tener presente en materia epidemiológica y en relación con la transmisión del virus son los casos de personas asintomáticas. En ese orden, destacó que se tengan en cuenta medidas para aliviar la situación de los hospitales y para evitar eventuales colapsos en el sistema de salud.
En cuanto a una eventual medida de ese tipo, la psicóloga platense Soledad Colombo, vicepresidenta del Distrito XI del Colegio de Psicólogos, dijo que si bien "sería difícil determinar" en una región como el Gran La Plata impactos posibles, “debido a los distintos segmentos poblacionales, "lo cierto es que la circulación del virus está creciendo" y se deben tomar medidas en consecuencia. Pero no descarto que "eso empeore algunas de las condiciones actuales en relación al trabajo, se podría complicar la garantización de las ayudas que viene implementando el Gobierno", aspecto que genera incertidumbre en las personas. La profesional dijo que en lo social, "como dicen los médicos, la grieta es epidemiológica" y que habrá quienes estarán de acuerdo y quienes no.
Al igual que González Ayala, también se refirió al dure presente de los barrio populares: "Sin dudas que la mirada está puesta en los sectores que menos tienen y que son los que más padecen por las pérdidas de changas, de sus ingreso y en la lucha que se da para que los chicos no pierdan el contacto y el vínculo con la escuela".
Hay que cuidar los vínculos
Para el caso de tener que volver a una fase que se creía superada, Colombo puntualizó sobre algunos cambios a tener en cuenta como aprovechar los recursos tecnológicos "para mantener el contacto con las familias, las amistades". "Los vínculos sociales se han transformado y no sabemos hacia dónde vamos. Lo que hay que tener presente es que, en el mediano plazo, dar un beso, un abrazo, todo lo corporal a lo que estábamos acostumbrado, no va a suceder".
"Lo importante, en todos los casos, es separar el aislamiento de la desconexión", subrayó a modo de clave más allá de la fase en la que nos encontremos. "Es importante no desconectarse. El otro es el que nos sostiene en la vida diaria. Nos constituimos a partir del otro, de nuestros vínculos, nuestras actividades. Hoy tenemos lo virtual, la llamada telefónica, las videollamadas, los dispositivos de reuniones. No desconectarse de los vínculos que teníamos hasta antes de la pandemia", destacó.
En los barrios populares la situación es más compleja
Otra profesional consultada por este medio, la socióloga Soledad Balerdi, becaria posdoctoral de Conicet y docente y extensionista de la Facultad de Humanidades de la UNLP, recientemente participante de un relevamiento en torno a las condiciones habitacionales de los barrios populares de La Plata en el contexto del coronavirus, explicó que "la pandemia vino a reforzar desigualdades estructurales que nos atraviesan como sociedad".
"En particular las condiciones habitacionales se revelan como unas de las principales dificultades que enfrentan los sectores populares ante las medidas de aislamiento dispuestas en este contexto", expresó.
Sobre la complejidad en las zonas más vulnerables de La Plata, dijo que "las condiciones de precariedad y hacinamiento en que viven muchas familias de los barrios populares dificultan el confinamiento en el hogar. En este sentido hemos visto que el 'quedarse en casa' se ha convertido en muchos casos en ‘quedarse en el barrio’”.
Balerdi analizó que "los problemas de infraestructura y acceso a servicios, como la falta de acceso al agua potable, de sistemas cloacales o de recolección de residuos que se padecen en muchos de estos barrios, empeoran las condiciones de salubridad para las familias que viven ahí. En este escenario las redes comunitarias pre-existentes en los barrios se han volcado con esfuerzo a hacer frente a estas dificultades durante la cuarentena".
La investigadora aseguró que "a través de los comedores y ollas populares, por ejemplo, de centros comunitarios, de organizaciones territoriales, así como de los vínculos con otros actores locales, se ha gestionado el acceso a gran parte de los recursos necesarios (como alimentos, garrafas de gas, productos de desinfección, tapabocas) para que los vecinos de estos barrios puedan llevar adelante la cuarentena".
"Creo que la pandemia pone en evidencia la necesidad de que las políticas se orienten a revertir estas desigualdades socio-territoriales. En principio, y de manera urgente, a incrementar los recursos que llegan a los barrios populares para que sea posible el sostenimiento de las medidas de aislamiento el tiempo que sea necesario. En segundo lugar, y en un sentido más estructural, a intervenir en el mejoramiento de las condiciones habitacionales y de infraestructura en los barrios populares", concluyó.
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