Advierten sobre la proliferación de falsas soluciones para el virus
Edición Impresa | 20 de Agosto de 2020 | 02:28

Dióxido de cloro, cabinas sanitizantes para personas o comer ajo para curarse son algunas de las tantas propuestas que se ofrecen como “soluciones” frente a la pandemia de coronavirus, que no sólo generan la falsa sensación de prevención o tratamiento sino que, en algunas ocasiones, son extremadamente peligrosas para la salud, advirtieron ayer especialistas.
“En momentos críticos o frente a enfermedades en las que no se ha encontrado la cura, aparecen este tipo de soluciones milagrosas que nunca son inocuas, porque una persona que toma una sustancia pensando que se está curando, aunque no le haga daño, puede demorar la atención médica y la indicación de un tratamiento adecuado”, indicó el médico toxicólogo Sergio Saracco, de la Sociedad Iberoamericana de Salud Ambiental (Sibsa).
Saracco identificó numerosos productos que se promocionaron desde que comenzó la pandemia: “Los cubrecalzados o las batas descartables sobre la ropa, por ejemplo, a excepción del personal de salud, para el resto de las personas no son necesarios; el coronavirus es un virus respiratorio y la única barrera que se comprobó que es efectiva es la mascarilla (barbijo) y la distancia social”, sostuvo.
El toxicólogo señaló que si bien la lavandina, el alcohol etílico o el dióxido de cloro son sustancias que pueden desinfectar superficies limpias (porque su efectividad se reduce mucho cuando hay suciedad o grasa), “ninguno de estos elementos se debe ingerir, no sólo porque no tendrán efecto contra el virus, sino porque además son altamente tóxicos”.
En efecto, en las últimas horas al menos un hombre y un niño de 5 años murieron posiblemente por ingesta de dióxido de cloro, llamado también CDS o “solución milagrosa”, una sustancia muy promocionada en las últimas semanas que la conductora de televisión Viviana Canosa dijo tomar en cámara porque “oxigenaba la sangre”. “El CDS es un poderoso oxidante. Lejos de oxigenar la sangre, si llega al torrente sanguíneo lo que produce es la oxidación del hierro presente en la hemoglobina de los glóbulos rojos y la convierte en metahemoglobina, lo que genera un estado tóxico de la sangre que la incapacita para llevar normalmente el oxígeno desde los pulmones a los tejidos”, explicó Saracco.
En este sentido, el Ministerio de Salud recordó que el uso de dióxido de cloro “no está autorizado” para el tratamiento del coronavirus y advirtió que “no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna para su comercialización y uso”. Por el contrario, la cartera sanitaria afirmó que su ingesta “puede causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”.
Otra falsa promesa que se difunde y vende online son las “cabinas sanitizantes”, estructuras con forma de túneles o gabinetes, en las cuales al ingresar la persona recibiría procedimientos de desinfección, ya sea por rociado de productos químicos como amonio cuaternario, povidona yodada, cloruro de benzalconio y peróxido de hidrógeno, exposición a ozono o radiación con rayos ultravioleta de tipo C (UV-C), según se publicita. “Si bien estas cabinas ya existían y se usaban en objetos, como vehículos, instrumental quirúrgico y camillas, bajo ningún concepto están indicadas para personas y no tienen efectos de eliminación del virus”, detalló Saracco.
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