Futuros unicornios: cinco startup en camino a fortunas en dólares

“Universalmente se admite que el unicornio es un ser sobrenatural y de buen agüero (…) no siempre es fácil encontrarlo, no se presta a una clasificación. En tales condiciones, podríamos estar frente al unicornio y no sabríamos con seguridad que lo es”. Así habla Jorge Luis Borges de este animal mitológico en El libro de los seres imaginarios.

La palabra unicornio aplicada a las empresas también se refiere a una rareza maravillosa y codiciada. Es que todas las startup aspiran a serlo pero pocas llegan a convertirse en prósperas. La primera en usar la expresión “empresa unicornio” fue la fundadora de Cowboy Ventures, Aileen Lee, que se refirió así a 39 firmas que, en muy pocos años, lograron una valuación de más de 1.000 millones de dólares. En su mayoría son startup tecnológicas y disruptivas con respuestas innovadoras y, por lo general, sus fundadores tienen menos de 40 años.

Es difícil determinar la valuación de las unicornio porque durante los primeros años no cotizan en bolsa y el dato es “confidencial”. A principios de este siglo, Argentina parecía el semillero de unicornios más prometedor de América Latina. Aparecía Mercado Libre, de Marcos Galperín que hoy ya es un súperunicornio: este mes, beneficiada por la cuarentena, pasó los u$s60.000 millones de valuación en Wall Street, más que las reservas del Banco Central.

Para la misma época nacieron el sitio de clasificados OLX, la agencia Despegar y la empresa de software Globant, cuyo CEO, Martín Migoya, es ingeniero graduado en la UNLP. A ese cuarteto se sumó, en 2019, Auth0, que ofrece tecnologías de autenticación para empresas.

Tras el exponencial crecimiento de esas consagradas, la pregunta es ¿qué nuevas startup están gestando los futuros unicornios argentinos? En el mundo emprendedor apuestan por cinco: Satellogic, Ualá, etermax, Onapsis y Agrofy. Para aprender o inspirarse, indagamos cómo surgieron, qué hacen y quiénes fueron los iluminados que las crearon.

MIRAR EL PLANETA CON LUPA

Una de las empresas argentinas que se perfila como flamante unicornio es Satellogic: sus 10 microsatélites permiten, tanto a gobiernos como a privados de todos los rubros acceder a fotos gigantes de cada rincón del planeta y monitorear desde el espacio cosechas, especies, infraestructura, construcciones ilegales y todo lo que se desee en imágenes de alta resolución. Sus fundadores, Emiliano Kargieman y Gerardo Richarte ambos de 45 años son amigos desde hace décadas.

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Comenzaron su recorrido profesional como “hackers buenos” y, a los 19 años, la AFIP los empleó para trabajar en seguridad informática. Después crearon Core Securities, donde desarrollaron el primer software que, de forma automática, detectaba vulnerabilidades en los sistemas. Por eso los contrataron gigantes como Apple, el gobierno de Estados Unidos y la Nasa. En 2010, Emiliano fue parte de un programa de la Nasa que le permitió ver que la industria aeroespacial no estaba del todo desarrollada porque requería tiempo e inmensas inversiones.

Encontraron la fórmula para que la industria espacial se modernice y ahora manejan costos mil veces menores a los de otros competidores del sector. Sus satélites, con una vida útil de tres años, tienen el tamaño de un lavarropas, pesan unos 40 kilos y están equipados con cámaras que ofrecen fotos gigantes: cada píxel abarca un metro cuadrado.

Sus fundadores piensan que este tipo de tecnología permite “salir de la Tierra para mirarla con lupa, un recurso estratégico para mejorar la administración de los recursos y una forma de democratizar el acceso a la información espacial”.

La meta de Satellogic, dice el VP de Marketing de la compañía, Daniel Smulovitz, es tener una constelación de 300 microsatélites que permitan obtener una foto al día del planeta.

A diez años desde su inicio, tiene 180 empleados en su mayoría ingenieros, físicos y matemáticos de no más de 35 años. Más de la mitad trabaja en las oficinas de Argentina, localizadas en CABA y Córdoba. La planta de producción de satélites está en Uruguay y cuentan con oficinas comerciales en Barcelona, China y Estados Unidos y un espacio de Data Science en Tel Aviv.

ETERMAX NO ES UN JUEGO

En pocos años, Apalabrados y Preguntados, los videojuegos creados por etermax, superaron las 700 millones de descargas en teléfonos móviles de 180 países, y hubo que traducirlos a 34 idiomas.

La idea original, que en principio no tenía nada que ver con los juegos sino con la venta de acciones, fue de Máximo Cavazzani, que por ese entonces tenía 22 años y estudiaba ingeniería informática en el ITBA de Buenos Aires.

Hoy, Cavazzani tiene 34 años y desde 2009 conduce etermax, donde trabajan 420 “talentos” distribuidos en Argentina, Uruguay, Alemania, Brasil y México.

Si bien Cavazzani no confirma ni desmiente la valuación de la empresa, estimada en 500 millones de dólares, asegura que “ser o no un unicornio no es una obsesión nuestra, no sé si estamos lejos o cerca, pero lo que te acerca es que te salgan las cosas bien. etermax es una empresa con más de 10 años de rentabilidad sin inversiones externas”.

De yapa, la cuarentena potenció el negocio de los videojuegos: “Registramos hasta cinco veces más descargas en Argentina y en países como Italia, España y Brasil”, asegura el CEO.

Este año, etermax lanzó cinco juegos más. Tal es el caudal de trabajo que contrataron un nuevo colaborador cada dos días durante el período de aislamiento y tienen 120 búsquedas activas de personal.

POLICÍAS DEL CIBERESPACIO

En 2009, el trío conformado por Mariano Nuñez, Juan Pablo Pérez Etchegoyen y Víctor Montero, los creadores de Onapsis, montaron una oficina en el dormitorio de Víctor. Desde ese “garaje” obtuvieron la confianza de uno de sus primeros clientes: el Ejército de los Estados Unidos.

En el primer año y medio, los socios no cobraron e invirtieron 50 mil dólares. Luego vendrían las rondas de financiamiento y los aportes de inversores de la talla de Marcos Galperín, .406 ventures, Evolution Equity Partners y otros popes más. Hoy tienen 370 empleados entre Argentina, Alemania y Estados Unidos.

Este mes Onapsis fue noticia porque halló una amenaza y evitó que 40 mil empresas pierdan millones. Se detectó una vulnerabilidad de alto riesgo en los sistemas SAP, uno de los proveedores más utilizados por las grandes firmas del mundo para recopilar y procesar datos de negocios como finanzas, recursos humanos y propiedad intelectual.

La falla podría haber permitido un ciberataque con acceso a información sensible de empleados, clientes y proveedores, incluso se hubieran podido modificar información bancaria, cambiar transacciones y hasta eliminar archivos.

UN BANCO EN EL CELULAR

¿Qué tiene Ualá, una app de gestión financiera, para que en solo tres años haya conseguido inversiones por parte de George Soros, Tencent y Goldman Sachs? Para la mayoría es un misterio porque descargarla y usarla no tiene costo, pero está valuada en 900 millones de dólares, muy cerca de los mil que la convertirán en un unicornio recién nacido.

Esta fintech es una creación de Pierpaolo Barbieri, su CEO y fundador. Es porteño, tiene 33 años, estudió Historia y hoy tiene a su cargo esta empresa que cuenta con 400 empleados para atender casi 3 millones de cuentas. En asociación con Mastercard ofrece tarjetas prepagas internacionales, préstamos, créditos y la posibilidad de pagar todo tipo de servicios desde el celular. Desde la casa matriz ubicada en Palermo, Barbieri confirma que del total de sus empleados, 150 fueron contratados durante la pandemia.

MERCADO ON LINE DEL CAMPO

Agrofy es una plataforma de comercio electrónico específica para el agro: “Es un portal de contenidos con más de 20 categorías de productos y servicios como maquinarias, fertilizantes, créditos, servicios de flete y seguros”, explica el rosarino Alejandro Larosa, cofundador de la startup.

El sitio, para el que trabajan 280 empleados, contabiliza más de 4 millones de visitas mensuales y está en Argentina, Estados Unidos, Brasil, Colombia, Chile y Uruguay.

Al parecer, y en esto coinciden varios de los fundadores de las nuevas unicornio, el vertiginoso derrotero de la economía local sumado a un mayor acceso a la educación hacen de Argentina un país rico en creatividad, capacidad y talento, que la coloca en un lugar destacado en la región a la hora de generar emprendimientos novedosos.