Muchas oficinas vacías en un proceso de crisis que desafía a la Ciudad

El informe publicado anteayer en este diario acerca de que en La Plata dejó de alquilarse un 40 por ciento de los pisos y locales que se destinan a oficinas, en un proceso que se agudizó a partir de la pandemia, constituye otra evidencia de la gravísima crisis que afecta a la economía de nuestra ciudad, que desde marzo pasado sigue acumulando trimestres en rojo y que además no crece desde principios de 2018, según determinaciones formuladas por el Laboratorio de Desarrollo Sectorial y Territorial de la facultad de Ciencias Económicas de la UNLP.

De acuerdo al relevamiento realizado por EL DIA, la situación específica de las oficinas se debió en parte a la nueva modalidad del home office -trabajo desde el hogar- que se impuso para evitar traslados y contagios laborales, pero también por la necesidad de algunos profesionales de achicar costos.

Es verdad que este panorama no se presenta sólo en La Plata. Según datos nacionales, durante el año pasado se alquiló casi un 31 por ciento menos de metros cuadrados destinados a oficinas que en 2019, mientras que en nuestra ciudad ese porcentaje fue de entre el 30 al 40 por ciento.

Se estimó que, de acuerdo a la categoría de la construcción y de la ubicación, el alquiler promedio de una oficina pequeña, de aproximadamente 30 metros cuadrados, ronda entre los 10 mil y 14 mil pesos por mes.

Asimismo, los operadores informaron que las primeras en quedar vacías fueron las oficinas Premium. En muchas de ellas, al quedar vacías durante los casi diez meses de cuarentena estricta, perdió sentido mantenerlas, ya que los empleados hicieron los mismos trabajos desde su hogar, sin riesgos de contagios y con un costo casi inexistente para la parte patronal.

Martilleros platenses corroboraron que existe mucha incertidumbre en el mercado y que hay temores para tomar decisiones en este tema inmobiliario. Consideraron que seguramente habrá rubros que podrán trabajar de manera remota, pero también hará falta que en determinadas circunstancias y momentos lo hagan desde oficinas. “Se trabajará de manera mixta apelando a la tecnología”, agregó para dejar entrever un futuro en el que la demanda de las oficinas tal vez se recupere.

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Otros empresarios sostuvieron que la devolución de oficinas y la falta de demanda en ese segmento fue la consecuencia del parate que se registró desde abril del año pasado cuando las actividades se limitaron a los rubros esenciales. “Muchos han devuelto las oficinas porque no volvieron a trabajar y, un gran número de los que se le vencía el contrato, no renovó por tener a sus empleados trabajando home office”, aseguró el profesional.

En relación a la cantidad de oficinas vacías, la Municipalidad local debería estudiar distintas alternativas. Ante la enorme crisis habitacional existente, la alternativa de que algunas oficinas pudieran convertirse en viviendas -mediante las adecuaciones legales y técnicas del caso- podría ser una de ellas. El carácter universitario de la Ciudad y la presencia en ella de las sedes de los tres poderes provinciales ha hecho que sean muy numerosos los locales destinados al uso de los profesionales y de todo tipo de gestiones administrativas, muchos de ellos en la actualidad vacíos y desaprovechados.

Se ha dicho ya, varias veces, que los problemas que plantea esta recesión son diversos y de enorme magnitud. El conjunto de la población puede dar fe de ello. No resulta excesivo, entonces, afirmar que la situación económica platense es calamitosa y que hacen falta imaginación, esfuerzos y mucha inteligencia para superarla.

Desde luego que, sin una política de inversiones imprescindibles para el sector privado, La Plata seguirá siendo la ciudad cuya población dispone del más bajo poder adquisitivo en comparación con las capitales de las otras provincias. Es de esperar que el Estado asista a tantos pequeños y grandes empresarios que, optimizando su gestión, podrán resurgir y darle nuevamente dinamismo económico de la Ciudad.