Por la cartera, le quebraron un brazo en Los Hornos

El recrudecimiento de delitos violentos, muchos de los cuales terminan con las víctimas fallecidas o con heridas graves, hace que asaltos con saldos menos luctuosos sean considerados “menores”. Sin embargo, un arrebato callejero puede cambiar el curso de la historia de una persona o complicarle seriamente la vida.

Esto fue lo que le pasó días atrás a una vecina platense que fue atacada por delincuentes en un sector “picante” de Los Hornos, a consecuencia de lo cual sufrió una fractura por la que ahora deberá someterse a una cirugía y le robaron, encima, materiales y documentación muy importantes por la patología médica que ella padece.

“es toda una complicación”

Por lo que contó Valeria, la hija de la damnificada, en un contacto con este diario, la mujer fue atacada el martes pasado por delincuentes que la abordaron en 146 entre 66 y 67 bis. Le cerraron el paso. Y la amenazaron de muerte.

En medio de esa maniobra “ella se cayó al piso y se golpeó el brazo”, contó la hija de la víctima, “hoy fue al médico, tiene la muñeca quebrada y la tienen que operar”, aportó, indignada.

Eso no es todo: “Ella es diabética insulino dependiente y en la cartera (que le sustrajeron los ladrones) tenía tiras reactivas y sus documentos”, explicó Valeria, sin pasar por alto que “toda esta situación es una complicación para ella”.

el barrio

El sector donde ocurrió este asalto registra varios antecedentes cercanos de los que este diario dio cuenta recientemente.

A fines de septiembre, por caso, en la puerta de una pizzería de 140 entre 68 y 69 dos delincuentes armados le robaron la moto (una Skua 150, tipo enduro) a un repartidor. La dueña del local se mostró molesta, aunque no sorprendida: a ella le robaron dos veces en lo que va del año en la esquina de 140 y 68. En ambos casos “iba caminando y me agarraron motochorros. En la primera me sacaron la mochila y después la bolsa que tenía de las compras. Hay un montón de motos afanando y te roban lo que tengas”, recordó entonces.

Las casas también son escenarios de robos en esa zona. Por la misma época, dos ladrones atacaron a un jubilado de 81 años cuando dormía en su vivienda de 145 entre 65 y 66. Tenían tapabocas y guantes. Lo ataron de pies y manos y lo dejaron en la cama mientras ellos recorrían el resto de las habitaciones en busca de dinero y objetos de valor.

Días antes, en un radio de 10 cuadras hubo tres asaltos: dos en la calle y el restante en una casa. Por todo esto, los vecinos reclaman más presencia policial.