Caso Mía: piden 45 años de pena y perpetua

La fiscal de Juicio Silvina Langone pidió 45 años de prisión para el acusado Sergio Argañaraz y prisión perpetua para Cecilia Cabrera, la madre de la víctima,  en su alegato del juicio oral y público que ventila el homicidio de Mía Aguirre, la niña de 3 años que murió, el 24 de septiembre de 2014, al parecer, luego de sufrir varios meses de maltrato infantil, que incluyeron violaciones. en una casa de Berisso.

Por el bestial asesinato, la fiscal acusó a la madre de la niña por "homicidio calificado por el vínculo", mientras que a su pareja, Argañaraz, por "homiidio simple en concurso real con abuso sexuaal con acceso carnal contra uan menor y aprovechando la condición de convivencia preexistente",  ya que era el padrastro de la nena asesinada.

La doctora Langone le imputó el ilícito antes señalado a Cabrera por omisión, es decir por no haber hecho nada para evitar el bestial homicidio; mientras que a Argañaraz lo acusó como autor material.

En tanto la defensa del imputado planteó la absolución que el caso debería ser encuadrado como homicidio preterintencional, porque no hubo intención de matar y el abuso sexual no existió; en tanto pidió que se le aplique una pena menor al plantear la inconstitucionalidad del artículo 55 del Código Penal, que permite sumar las penas, al entender que  no puede aplicarse más de 25 años de prisión,  a su criterio, el máximo previsto por la ley.

Por su parte, la defensa de la mujer solicitó la absolución al alegar que Argañaraz fue víctima de violencia de género.

El particular damnificado, representado por el doctor Matías Pietra Sanz, y las doctoras Andrea Reynoso y Antonella Demarco, adhirió al alegato de la fiscalía.

Durante este debate, que se inició el mes pasado,  varios peritos  de Tribunales explicaron que el acusado tiene una personalidad "narcisista, psicópata", que intentó simular, aparentando ser muy religioso y presentándose, por ejemplo, a las entrevistas portando un Rosario, demostrando que es un manipulador y que cuando se lo descubre se trasluce su carácter agresivo.

En este juicio, además declaró un médico genetista, quien confirmó la hipótesis de la violación, al revelar que se hallaron en los hisopados practicados a la víctima rastros de PSA, que es una sustancia que proviene exclusivamente de la próstata.

En esa misma jornada declaró un forense de Policía, quien en consonancia con los demás médicos que intervinieron en la causa, aseguró que jamás iba a olvidar este caso, y confirmó que la niña fue golpeada, que tenía lesiones de vieja data, que denotaban maltrato infantil, y no dejó margen de dudas sobre un dato que ya habían dado como posibilidad otros peritos que declararon la semana pasada: El paro cardio respiratorio que terminó con la vida de Mía fue consecuencia de la penetración anal que sufrió esa noche.

Como se sabe, los médicos que atendieron a la pequeña en el hospital de Niños expresaron en el juicio que recordaban muy bien ese caso, porque “jamás habían visto algo tan atroz”; que Mía presentaba lesiones de vieja data, compatible con maltrato infantil; y “desgarros y hematomas en la zona anal”.

Los profesionales indicaron que ante esa situación avisaron a la Policía y detallaron que pensaron que los acusados “no iban a volver”. Pero lo hicieron cinco horas más tarde con un discurso cuanto menos extraño: “Se atragantó con comida y los golpes eran producto de los intentos por reanimarla”. 

Los integrantes del Tribunal -la jueza Cecilia Sanucci, y los jueces Hernán Decastelli y Ramiro Fernández Lorenzo- darán a conocer el 15 del mes próximo el veredicto de este caso.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE